Los demonios andan sueltos. La jauría también. Tiempos electorales, tiempos de dificultades. Los derrotados están furibundos, perdieron sus privilegios e intentarán recuperarlos por la mala si es necesario. Temporada de canallas y zopilotes, la embestida mediática contra la maestra y su gobierno será tan fuerte y ruin como la lanzada contra el presidente.
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Violencia e inseguridad no son problemas nuevos en el Estado de México. Se padecen desde hace más de 30 años. El crimen organizado se estableció aquí bajo el régimen priista. Cartel del Golfo, Zetas, Cartel de Sinaloa, Beltrán Leyva, La Familia, Caballeros Templarios, Guerreros Unidos y CJNG, llegaron y enraizaron con gobiernos del PRI. Chuayffet, Camacho, Montiel, Peña, Eruviel y Del Mazo, invariablemente, nada hicieron para combatirlos. Nos es una valoración, son hechos comprobables.
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Origen es destino. Por eso vale la pena recordar la anécdota. Ricardo Sodi fue profesor de Elías Rescala en la Anáhuac. Allí se conocieron y trabaron relación. Fue precisamente por eso que Elías operó en su momento de mayor poder para colocar a su mentor al frente del Poder Judicial del Estado de México.
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El perfil de Andrés Andrade es radicalmente distinto al de los anteriores jefes de la policía. El documental “Duda Razonable”, que se proyecta con mucho éxito en Netflix, es una buena ventana para conocerle. Andrade representa el cambio de paradigma en el combate a la delincuencia, partiendo de una visión integral para entender causas y efectos. No pueden obtenerse diferentes resultados repitiendo los mismos procedimientos.
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Por cierto, el próximo lunes en el podcast del Conversatorio AD, el secretario de Seguridad, quien desglosa la estrategia para la construcción de la paz en el Estado de México. La versión mexiquense de “abrazos, no balazos”.
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