Río Lerma, sinónimo de contaminación y corrupción

El Río Lerma es sinónimo de mal olor, contaminación y corrupción. Hace algunas décadas, era uno de los lugares adecuados para visitar durante los fines de semana. Hoy es un caudal de aguas negras y pestilentes, donde se aprecian desechos como llantas, pañales, garrafones de agua, juguetes viejos, grandes cantidades de PET, lirio y animales […]

El Río Lerma es sinónimo de mal olor, contaminación y corrupción. Hace algunas décadas, era uno de los lugares adecuados para visitar durante los fines de semana. Hoy es un caudal de aguas negras y pestilentes, donde se aprecian desechos como llantas, pañales, garrafones de agua, juguetes viejos, grandes cantidades de PET, lirio y animales muertos.
A pesar de haber mucho desperdicio material, lo más preocupante es el desperdicio que no se puede ver, pero sí oler.
El corredor industrial Toluca-Lerma tiene alrededor de 500 fábricas, las cuales generan aguas residuales que contienen sustancias químicas como mercurio y plomo.
El Río Lerma ha cambiado las actividades de la gente que vive a su alrededor. Los campesinos ya no siembran debido al alto grado de contaminación del agua; muchos no dejan que su ganado paste a orillas del río, porque implicaría contaminar el producto.
A pesar de que diversos políticos han prometido en sus campañas electorales la recuperación del río, la realidad muestra que es el lugar adecuado para que empresas e, incluso, ayuntamientos, avienten escombros y basura.