Lo que menos le falta a Roberto Alcántara es dinero; lo que está bajo escrutinio es su calidad humana. Diez muertos y más de cuarenta heridos tras la tragedia en Atlacomulco colocan al dueño de Herradura de Plata frente a un espejo incómodo: ¿es capaz de responder con justicia o se refugiará en la costumbre empresarial de litigar hasta el cansancio? Si su respuesta consiste en esconderse tras abogados, pagar migajas o prolongar indemnizaciones, confirmará que en el capitalismo mexicano la vida de los pobres sigue siendo un costo asumible. Si, en cambio, actúa con decencia, indemniza de forma justa, repara el daño y asume su responsabilidad, podría demostrar que detrás de sus cifras también existe un sentido mínimo de justicia. En Atlacomulco no se discute su fortuna, sino su decencia.
**
Intrigas contra Nelly Carrasco
En la Secretaría de Cultura del Estado de México no se libra una discusión sobre políticas culturales, sino una guerra menor disfrazada de debate institucional. Nelly Minerva Carrasco, actual titular, enfrenta un fuego cruzado donde los dardos no apuntan a su gestión sino a su persona. Grupos de interés desplazados y viejas enemistades personales fabrican intrigas y rumores que buscan erosionar su posición, no porque exista un desacuerdo serio sobre el rumbo cultural del estado, sino porque hay cuotas, privilegios y egos heridos en juego. La grilla es barata, pero el efecto corrosivo es real: convierte a la cultura en rehén de venganzas privadas y reduce la agenda pública a un campo de batalla por favores, nombramientos y presupuestos. Carrasco tiene el reto de demostrar que está ahí para construir, no para administrar pleitos heredados; si cede al desgaste, perderá más que autoridad: perderá la narrativa. En un estado con instituciones culturales debilitadas, el problema no es la cultura, sino quienes usan su nombre para ajustar cuentas.
**
Pedro Rodríguez, entre dos aguas
Pedro Rodríguez Villegas, alcalde reelecto de Atizapán de Zaragoza y uno de los pocos panistas con peso propio en el Edomex, mide con frialdad sus próximos movimientos. Fue electo por la coalición opositora, pero mantiene distancia del grupo que hoy controla al PAN, consciente de que las pugnas internas consumen al partido mientras su influencia territorial se reduce. Los rumores sobre su eventual acercamiento a Morena responden menos a convicciones ideológicas que a cálculos de supervivencia: en un panismo debilitado y con espacios cada vez más estrechos, la apuesta por mantenerse vigente exige explorar nuevos tableros. Si decide dar el salto, Atizapán podría convertirse en símbolo de un reacomodo mayor: municipios históricamente panistas integrándose al proyecto morenista sin que Morena cargue, al menos por ahora, con el desgaste opositor. Para Rodríguez, no se trata de lealtades partidistas, sino de un futuro político.
**
El paradojal dilema de Óscar Flores
Óscar Flores Jiménez cumple casi un año como secretario de Finanzas y, aunque las calificadoras le dan palmaditas (ingresos que rompen expectativas y deuda bajo control), el verdadero problema está en el exceso de prudencia. Gastar poco tampoco es virtud cuando esos recursos se congelan sin rumbo claro. El subejercicio elevado se vuelve tan calamitoso como despilfarrar, porque retrasa obras, estrangula inversiones sociales y diluye la promesa de progreso. Flores no tiene el mal de la fiesta fiscal, sino el de la contabilidad quieta: una administración que asusta por su cautela. Si administra bien la deuda pero entierra los recursos donde no florecen, el Edomex podría terminar pagando muy barato… pero a costa de olvidar lo que debería construir.
**
Muchos diputados, poca voz
El Estado de México es la entidad con mayor representación en la Cámara de Diputados: 63 legisladores federales, 40 de mayoría relativa y 23 de representación proporcional. En teoría, es un músculo político enorme, capaz de inclinar la balanza presupuestal y defender recursos para la entidad más poblada y desigual del país. En la práctica, esa fuerza es humo: históricamente, la bancada mexiquense ha sido sumisa, atrapada en lealtades partidistas que priorizan la línea nacional sobre las necesidades locales. Ahora que el presupuesto federal 2026 está sobre la mesa, el dilema es evidente: ¿seguirán siendo extras en una película ajena o asumirán el papel que les corresponde? El Edomex necesita inversión urgente en infraestructura, movilidad, seguridad y educación. Si sus 63 diputados no logran convertir peso político en pesos reales, la paradoja persistirá: tener la representación más grande del país… para seguir sin voz propia.

Síguenos