“Salem”, metáfora de nuestro tiempo

Hoy se presenta la última función de esta puesta en escena de estudiantes de Artes Teatrales de la UAEM

Quince nuevos actores en escena –bajo la dirección de Óscar Alan de La Cruz– representan la persecución por venganza: “una metáfora de la superstición, de la credulidad y de la falta de objetividad de la administración de justicia”… de nuestro tiempo.

En Salem, montaje de una adaptación hecha por Fernando Galaviz del texto original Las brujas de Salem del reconocido Arthur Miller montada por estudiantes del último semestre de Artes Teatrales, las acusaciones respecto a la existencia de las brujas y la relación de cualquier persona con el maligno son la pantalla que permitirá cumplir venganzas.

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Un poderoso texto de Miller que aborda la condición humana, el poder y el miedo como elementos inherentes a cualquier comunidad social –en cualquier época– sea cual sea la imputación, el linchamiento, la injusticia y la sentencia.

Salem se trata del Massachusetts de 1692 traído, por su temática, al foro Raúl Zermeño de la Facultad de Humanidades; en donde los alumnos del último año de la licenciatura en Artes Teatrales presentan su montaje final con un diseño de escenografía de Mario Marín del Río; un esfuerzo escénico que evidencia la pasión del estudiante por el teatro sin la experiencia que da el tiempo fuera de la escuela.

Salem se permite el lujo de tres horas en escena, sin la necesidad –en principio económica, de pensar en la asistencia y recuperar lo invertido– que brinda una producción parcialmente arropada (apenas el 25 por ciento, lo demás cubierto por los propios alumnos) por la Universidad Autónoma del Estado de México, explica el director Óscar Alan de la Cruz en entrevista posterior el montaje.

Con un ritmo fluctuante, los actores desarrollan trazos escénicos que sostienen variablemente la atención del espectador; la aparición de un personaje que ronda la consciencia de otros y, eventualmente, cuestiona al público, su presencia otorga cierta agilidad, a pesar de la reiteración, a la historia. 

Salem evidencia el esfuerzo de los estudiantes, quienes fueron formados con un nuevo plan de estudios, el cual, desde la perspectiva del director, permite formar actores más artistas y menos ejecutantes, creadores capaces de indagar acerca de lo que sucede en la sociedad y presentar creaciones que tienen que ver con el contexto social y político. 

La expectativa en el teatro universitario para los egresados, mencionó Óscar, tendrán que ver con un proceso que apuntale las acciones del recién nombrado director de la Compañía Universitaria de Teatro: Juan Carlos Embriz; fuera de la universidad, afirmó, hay un panorama difícil ya que los estudiantes son formados como ejecutantes y lo que se requiere es producir y generar proyectos y, por supuesto, recursos. 

Una ventaja de esta generación, dijo, es que algunos se identifican ya con la dirección, la producción, las elaboración de proyectos, la gestión, las relaciones públicas, todas tareas necesarias para llevar adelante una puesta en escena.

“Vivimos en tiempos, como en ese Massachusetts de 1692, en los que la cacería de brujas sigue latente, ahora potenciado por las redes sociales con sus hashtags trending topics, los derechos humanos amañados, las feroces luchas sociales, los adinerados intereses políticos y comerciales (que parecen los mismos), y hasta los asesinos a sueldode la reputación de alguna…” menciona Rodolfo Soto en el programa de mano de esta obra que ofrece una posibilidad de visualizar un entorno parecido –por lo universal– al actual, en el que la mejor parte podría ser una reflexión consciente de la tarea del espectador en contra de la cacería de brujas, en cualquiera de sus modalidades.

Salem se presenta hoy jueves en su última función a las 17:00 horas en el Foro Raúl Zemeño de la Facultad de Humanidades, con una entrada general de 30 pesos, tiene una duración de tres horas con un intermedio; en ella participan Víctor Gómez en la realización de escenografía; Yurev Vivero, en el diseño sonoro y la composición musical; Nelson Rodríguez en la iluminación; Gabriela William, en la selección musical y Charly Espinoza, en la asistencia de dirección, entre otros.