Sálvese quien lea

  Qué es el qué   David Eggers, un muy exitoso y prominente autor estadounidense, conoció a Valentino Achak Deng, refugiado sudanés que radica en Atlanta, gracias a la Fundación de los Niños Perdidos. Valentino deseaba contar su experiencia, todo lo que había vivido desde su infancia, por culpa de la guerra civil en Sudán. Fascinado y estupefacto, Eggers comenzó un intenso diálogo con Achak para escribir la novela “Qué es el qué”. Narrada en primera persona, “Qué es el qué” es una autobiografía novelada de Achak Deng, quien perdió a su familia muy joven, y tuvo que enfrentar terribles
septiembre 9, 2018

 

Qué es el qué

 

David Eggers, un muy exitoso y prominente autor estadounidense, conoció a Valentino Achak Deng, refugiado sudanés que radica en Atlanta, gracias a la Fundación de los Niños Perdidos. Valentino deseaba contar su experiencia, todo lo que había vivido desde su infancia, por culpa de la guerra civil en Sudán. Fascinado y estupefacto, Eggers comenzó un intenso diálogo con Achak para escribir la novela “Qué es el qué”.

Narrada en primera persona, “Qué es el qué” es una autobiografía novelada de Achak Deng, quien perdió a su familia muy joven, y tuvo que enfrentar terribles situaciones (si no supiera que es un personaje real, pensaría que toda la obra es una exageración): bombardeos, balaceras, ataques de cocodrilos y leones; se alimentaba de cualquier cosa que encontrara, incluso cadáveres de animales en descomposición, hasta beber su propia orina. Achak vio a decenas de niños como él morir por una bala, una enfermedad, una bomba o por mera inanición, ser devorado por un animal salvaje, ser raptado para participar en la milicia… incluso, ya próximo a partir con rumbo a Nueva York, le tocó vivir el ataque del 11 de septiembre.

Pero la angustia no concluyó ahí: ya radicando en los Estados Unidos, Achak se veía imposibilitado de asistir a la escuela pues debía trabajar dobles turnos para poder pagarse la manutención, además de los rechazos en algunas universidades debido a su condición de inmigrante refugiado.

La novela fue un fenómeno social y de ventas, y logró su cometido: dejar de voltear la mirada e ignorar la tragedia que vivieron –y aún viven– cientos de miles de sudaneses desplazados de sus hogares, que han perdido todo, familia incluida. Imposible no conmoverse.

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