Sálvese quien lea

Cuentos inolvidables según Cortázar   Cortázar mostró persistentemente su genialidad: no sólo en sus textos y en sus conferencias, también como lector supo hallar la veta de excelencia y singularidad en diversas narraciones. Sí él recomienda un cuento es porque en verdad es bueno. Existe así una antología preparada por Carlés Álvarez Garriga para Anagrama, […]

Cuentos inolvidables según Cortázar

 

Cortázar mostró persistentemente su genialidad: no sólo en sus textos y en sus conferencias, también como lector supo hallar la veta de excelencia y singularidad en diversas narraciones. Sí él recomienda un cuento es porque en verdad es bueno. Existe así una antología preparada por Carlés Álvarez Garriga para Anagrama, en la cual se recuperan algunos de los relatos que el autor de “Rayuela” consideró como “inolvidables”: cuentos de Bierce, Borges, Capote, Carrington, Felisberto Hernández, Katherine Mansfield, Onetti, Poe y Tolstoi (un equipo sublime).

 

El fundamento para dicha selección parte de los textos que preparó como conferencias en la década de los sesenta; incluso, se incorpora al libro su “Algunos aspectos del cuento (1962-1963)”, un interesante ensayo donde Cortázar apunta las características que hacen “genéricamente grandes” a los cuentos, sin importar el tema, el tratamiento o la época en que fueron escritos.

 

Al final, aparece un apartado en donde Soledad Quereilhac preparó un estudio sobre la antología (razón por la que ahora el libro forma parte de una colección juvenil, mas no hay que dejarse engañar, los cuentos son universalmente buenos), en el cual se incluyen las biografías de los autores, así como un pequeño análisis, en donde afirma: “Si bien los géneros, estilos y temas de estos cuentos son muy diversos, todos logran crear compleja significación a partir de un fragmento de vida, dotan de funcionalidad a cada uno de sus elementos y poseen un riguroso trabajo formal”.

 

Verdaderas filigranas, piezas sublimes que se engranan para legarnos una antología de antología.