Sálvese quien lea

Dora Bruder El ganador del Nobel Patrick Modiano constantemente sondea el pasado francés para conjurar las atrocidades acaecidas durante la ocupación alemana en París; y “Dora Bruder” no es la excepción: el narrador, a partir de un recorte de periódico, se entera de que unos padres buscan a su hija, de 15 años, la cual […]

Dora Bruder

El ganador del Nobel Patrick Modiano constantemente sondea el pasado francés para conjurar las atrocidades acaecidas durante la ocupación alemana en París; y “Dora Bruder” no es la excepción: el narrador, a partir de un recorte de periódico, se entera de que unos padres buscan a su hija, de 15 años, la cual se había fugado de un colegio de monjas. La dirección lo remite a un barrio que él conoció en su juventud y, a partir de ahí, busca reconstruir no sólo qué fue de Dora, sino su propio pasado.

En el prólogo del libro, Adolfo García Ortega refiere que “todos los ingredientes habituales [de Modiano] se dan cita para componer un, primero modesto pero luego descomunal, fresco de la vida pública francesa en el marco violento, soterrado y cruel de la deportación de judíos”, lo cual es absolutamente cierto: la sensación de orfandad, de impotencia ante la cruel sustracción de vidas humanas por parte del régimen nazi ahonda mientras surcamos las páginas de esta novela. No obstante, como obra literaria, me sigue resultando adusta, áspera; quizá sea sólo yo (la crítica se desvivió por esta novela, con epítetos tales como “excepcional” [Jorge Semprún], “un libro contra el olvido” [Norbert Czarny], “una pequeña obra maestra de la precisión” [Francisco Solano]) mas si esta novela “es Modiano en la cumbre de su narrativa”, como señala García Ortega, honestamente habría perdido el interés por conocer el resto de su obra.