Sálvese quien lea

Rosy & John es “una novela corta pero poderosa. Muy bien escrita, sin florituras ni excesos de estilo. Una pluma inteligente”.

El término “folletín para Smartphone” suena bastante soso y pueril pero, en la escritura de un muy eficiente y cabal narrador como Pierre Lemaitre, resulta francamente atractivo. Lean, si no, Rosy & John.

Un joven, cuya madre purga una condena por haber asesinado a la novia de aquel, se presenta en la comisaría, donde confiesa ser el autor del atentado ocurrido un par de horas antes en la rue Joseph-Merlin, en un distrito parisino; argumenta que hay otros seis dispositivos listos para explotar, uno por día, a menos que liberen a Rosie, su progenitora. Además, pide hablar con el comandante Camille Verhoeven, un viejo lobo de mar de la policía. Este tendrá que descubrir dónde están los explosivos antes de que las tragedias se sucedan una tras otra como juego de naipes.

Lemaitre agregó una nota a su libro en donde explica que, originalmente, este texto se publicó por “entregas digitales”, las cuales no podían rebasar las tres páginas, para que pudiera leerse en un móvil o una tableta en lo que dura el recorrido de una estación de metro a otra. Tras su publicación original, apareció bajo el presente título, editado por Livre de Poche y por Alfaguara en nuestro idioma.

Es muy complicado, con los ríos que han fluido bajo el puente de la novela negra, conseguir una obra valiosa y original, y más aún si la propuesta surge limitada por el espacio tipográfico; no obstante, Lemaitre resuelve con sagacidad su truculenta trama. Coincido con Jean-Yves Girard, de “Chatelaine”, quien escribió que Rosy & John es “una novela corta pero poderosa. Muy bien escrita, sin florituras ni excesos de estilo. Una pluma inteligente”.