Por más de 30 años, las inundaciones han sido una constante en San Mateo Atenco, en el Estado de México. Aunque algunos vecinos reconocen que el nivel del agua tiende a disminuir con mayor rapidez, las anegaciones persisten cada temporada de lluvias.

Una comerciante de la zona narró a AD Noticias que ni siquiera la reciente instalación en 2023 de un sistema de bombeo en el Barrio de Guadalupe, ha marcado una diferencia tangible. “Nos organizamos entre vecinos. Construimos compuertas, ponemos muros. Al final, somos nosotros quienes evitamos que el agua entre a las casas y negocios”, dijo. A su juicio, los recursos públicos destinados a estas obras deberían canalizarse directamente a los habitantes, quienes cada año realizan acciones preventivas por cuenta propia.

La población también advierte sobre los riesgos sanitarios que provocan las lluvias. Las corrientes arrastran basura y desechos orgánicos, generando malos olores y focos de infección. En este sentido, critican que la actual administración municipal, encabezada por Ana Muñiz Neyra, no haya distribuido insumos básicos de limpieza como cloro, práctica común en gobiernos anteriores.






El Atlas de Riesgos 2024 confirma la magnitud del problema: más del 40% de los habitantes identifica las inundaciones como la principal amenaza en el municipio, por encima de la delincuencia. En barrios como San Pedro, San Lucas o San Nicolás, el porcentaje se eleva al 80%.
Históricamente, las inundaciones han sido severas. En 1903 y 1928, gran parte de las viviendas ribereñas fueron destruidas. Entre 1998 y 2005 se documentaron 28 episodios, con un promedio de cinco al año, según datos de la CAEM. En 2006, año de lluvias excepcionales, el agua alcanzó hasta 60 centímetros en las zonas oriente y sur del municipio. La situación obligó a activar el Plan DN-III-E para acceder a recursos del FONDEN.
El informe señala que la población reconoce acciones municipales centradas en la emergencia, pero denuncia la falta de continuidad en las estrategias anunciadas en campañas electorales. Menos del 20% ha participado en simulacros o actividades preventivas promovidas por Protección Civil. Solo el 30% conoce la ubicación de albergues temporales, aunque la mayoría duda en acudir por temor a saqueos. Sin embargo, en entrevistas con los locatarios, AD Noticias identificó que estos se sienten poco apoyados por sus autoridades.
Según el estudio, el 56% de los vecinos considera que es el gobierno quien debe resolver el problema, aunque un 28% admite que ciertas prácticas ciudadanas, como arrojar basura a las zanjas, agravan la situación. Sin embargo, el 68% cree que la solución pasa por obras de infraestructura: desazolve, drenajes y sistemas de bombeo.
En años recientes, las inundaciones han alcanzado niveles preocupantes. En colonias como Isidro Fabela o Guadalupe, el agua puede superar el metro de altura. Un total de 2 mil 942 personas viven en zonas afectadas, y cada temporada es un recordatorio de que, pese a los recursos invertidos, la solución definitiva sigue sin llegar.
| Sublocalidad | Nivel del agua (m) | Población afectada |
|---|---|---|
| Isidro Fabela | 1.50 | 511 |
| Santa María | 0.70 | 55 |
| San Isidro | 0.60 | 170 |
| La Concepción | 0.82 | 720 |
| San Pedro | 0.95 | 82 |
| San Juan | 0.95 | 219 |
| San Nicolás | 0.85 | 155 |
| Santiago | 1.00 | 193 |
| San Lucas | 1.00 | 229 |
| Guadalupe | 1.20 | 608 |
| Total | — | 2,942 |
La doctora en Diseño, Susana Bianconi, habló anteriormente sobre este tema.
¿Por qué ocurre?
En este video publicado en 2020, nos explica que con solo una lluvia torrencial en San Mateo Atenco, basta para que se inunde el municipio. Susana Bianconi precisó que esto pasa porque: «estamos haciendo vialidades extremadamente impermeables, en lugar de que cada municipio trabaje sus territorios y vialidades como una esponja, con camellones permeables que absorban el agua y la retengan».
Agregó que las cosas se hacen al revés, se construyen camellones altos en medio de las vialidades y se manda el agua a salpicar a los transeúntes, en lugar de hacer el arroyo al centro y tener un camellón con plantas silvestres que retengan el agua cada vez que haya lluvias torrenciales.
«Estamos en el punto en que sufrimos las consecuencias de una mala urbanización, y lo que tenemos que hacer en el Valle de Toluca es empezar a cambiar la geometría de las vialidades».
No es un problema de un municipio
En este video explica que las afectaciones se dan no solo en un municipio sino en una zona concreta.
«La Laguna de Chimaliapan, ubicada detrás del Río Lerma, es la que rodea al municipio de San Pedro Tultepec, que en realidad es un islote en medio de la Ciénega. El río fue transformado en un canal y el agua se desvió hacia México a partir de 1943; muchas de estas lagunas se fueron secando, incluidas la laguna Chimaliapan y Chignahuapan. Posteriormente, esas tierras fueron ocupadas, los ejidatarios las vendieron, y ahora se inundan», explicó Bianconi.
Aclaró que «no es que las casas se inunden, es que se han construido sobre tierra lacustre, y la normativa establece que no se pueden edificar a menos de 10 metros de la máxima inundación de un cuerpo de agua. Toda esa zona debería protegerse como área natural protegida», puntualizó.
¿Qué soluciones hay?
Bianconi planteó que los «pozos de absorción» podrían ayudar a controlar las inundaciones. «Donde vean que hay charcos constantemente, se pueden hacer pozos de absorción; se colocan capas de piedras sueltas y el agua se absorbe».
Agregó que esta solución evitaría grandes y costosas construcciones.

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