En Semana Santa, miles de personas buscan reconectar con su fe; el Estado de México (Edomex) ofrece santuarios donde la espiritualidad se entrelaza con la historia, la arquitectura y la tradición. Aquí cuatro santuarios emblemáticos en pueblos mágicos y comunidades con profunda herencia religiosa.
Chalma, un destino de peregrinación nacional
A los pies de las montañas de Malinalco se encuentra el Santuario del Señor de Chalma, segundo lugar de peregrinación más visitado del país. Fundado en el siglo XVI por frailes agustinos, este templo alberga la figura del Cristo Negro, una imagen milagrosa que, según la tradición, apareció en una cueva tras la destrucción de un antiguo ídolo prehispánico.
El altar mayor, de madera policromada y estilo plateresco, es una joya artística que puede visitarse todos los días de 8:00 a 17:00 horas. La entrada es gratuita.
Tonatico, arte barroco en honor a la Virgen
La Parroquia de Nuestra Señora de Tonatico, construida en 1660 y declarada santuario en 1968, es un tesoro espiritual y arquitectónico. Su interior deslumbra con retablos cubiertos en oro laminado, mientras que sus torres neoclásicas se alzan como símbolos de fe.
Este templo resguarda la imagen mariana que sobrevivió intacta a un incendio, hecho que consolidó la devoción local. Abre todos los días de 6:00 a 18:00 horas.
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La Virgen Monumental, entre penitencia y paisaje
En el paraje de El Ahuehuete, Ocuilan, se levanta el monumento más grande dedicado a la Virgen de Guadalupe en todo el mundo. Para llegar al mirador dentro de su cabeza hay que ascender 760 escalones. El esfuerzo se convierte en ofrenda para quienes visitan el lugar como acto de fe.
La escultura puede recorrerse de 9:00 a 18:00 horas. Desde la cima, el paisaje natural ofrece una pausa para la contemplación espiritual.
La Virgen de Piedrita, un milagro entre canteras
En lo alto de una colina en Jilotepec se encuentra el Santuario de la Virgen de Piedrita, cuya historia se remonta al hallazgo de una imagen mariana en una roca. La construcción del templo, iniciada en 1897 y finalizada en 1981, fue un acto de devoción colectiva que duró más de 80 años.
Su fachada de cantera labrada por artesanos locales honra tanto a la Virgen como a la tradición de quienes mantuvieron viva su edificación.
Estos santuarios no solo son destinos turísticos del Edomex; son espacios de introspección, memoria y esperanza; en esta Semana Santa, elige una ruta espiritual que te permita reconectar contigo y con la tradición que aún palpita en cada rincón del Estado de México.
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