Se amotinan presas en penal de Almoloya

El pasado 20 de diciembre, cuando se preparaba el festejo de Navidad en el Centro de Prevención y Readaptación Social «Santiaguito», de Almoloya de Juárez, Estado de México, unas veinte internas del módulo 3, dedicado ahora a mujeres en proceso y condenadas por el delito de secuestro, se amotinaron y privaron de la libertad a […]

El pasado 20 de diciembre, cuando se preparaba el festejo de Navidad en el Centro de Prevención y Readaptación Social «Santiaguito», de Almoloya de Juárez, Estado de México, unas veinte internas del módulo 3, dedicado ahora a mujeres en proceso y condenadas por el delito de secuestro, se amotinaron y privaron de la libertad a cinco custodias, a quienes mantuvieron encerradas en una celda por más de cinco horas.

En el motín salieron a relucir palos, piedras y «puntas hechizas» que las presas utilizaron para amagar con asesinar a las custodias si la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Gobierno del Estado de México, que encabeza Rubén Fernández Lima, no cumplía un pliego petitorio en el cual se expusieron una serie de carencias e irregularidades en la penitenciaría.

El principal reclamo que originó el motín fue la carencia de agua potable en las instalaciones del Módulo 3 del Centro de Prevención y Readaptación Social «Santiaguito», de Almoloya de Juárez, situación que, al día 20 de diciembre, ya tenía 15 días de imperar, por lo que la situación que guardaban los sanitarios ya era insoportable, lo que presumían se podía convertir en un problema de salud para las internas.

Además las presas denunciaron que se obligaba a ingerir alimentos presuntamente contaminados, pues en la cocina no se estaban lavando verduras como zanahorias y papas, las cuales se utilizaban para elaborar sopas y guisados, en los que se podía observar incluso «tierra asentada».

En el pliego petitorio que presentaron a la dirección general de la cárcel de «Santiaguito» se señaló que por la falta de agua también se les había suspendido de facto el derecho a la higiene personal, lo que originó el tráfico y venta clandestina de toallas húmedas y dispositivos sanitarios de hidrogel para que, quienes tuvieran dinero, pudieran limpiar por lo menos las partes elementales de sus cuerpos.

En otros rubros, las presas expusieron que el espacio en las celdas ya resulta insuficiente para la cantidad de mujeres relacionadas con el delito de secuestro que han sido trasladadas de diferentes penales del Estado de México a la penitenciaría de Almoloya de Juárez, por lo que hay casos en los que hasta doce personas viven hacinadas en un espacio de cuatro metros cuadrados, donde además hay literas, pertenencias personales, sanitario y lavabo.

Las autoridades de la cárcel de Almoloya de Juárez sostuvieron un dialogo con una comisión de las presas amotinadas, en el que expusieron que la falta de agua se derivó de un corto circuito en el sistema de bombeo, avería que se comprometieron a reparar de inmediato y que no lo hicieron en los quince días anteriores porque, dijeron, «ya no había presupuesto».

Después de poco más de cinco horas de negociaciones, las presas aceptaron liberar a las custodias, y dieron un plazo de tres días para que se resolvieran sus demandas, bajo la amenaza de que, de no hacerlo, volverían a «levantarse» en contra de la autoridad.

De este incidente no tiene registro la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Gobierno del Estado de México, debido a que el Jefe de Seguridad de la Penitenciaría de Almoloya de Juárez, ordenó que el tema no trascendiera por los canales institucionales para «mantener la calma» en la cárcel de «Santiaguito».

(MVT)