Así como van las cosas, el PRI y el PRD terminarán con más cuadros en prisión que en ejercicio del poder. De los 59 detenidos hasta ahora en la llamada “Operación Enjambre”, la mayoría son exalcaldes, exsíndicos o exfuncionarios municipales priistas y perredistas. Lo peor: todavía faltan varios por caer, y eso que a muchos ya se les perdonó.
PRD: De partido a cómplice del narcopoder
Lo del PRD es patético. Tiene solo tres gobiernos municipales: Texcaltitlán, Santo Tomás y Ayapango. Dos de esos territorios están controlados desde hace años por el crimen organizado. En Texcaltitlán y Santo Tomás, la connivencia narco-gobierno es real. Los nombres de los alcaldes Ismael Matías y Jesús Mercado Escobar aparecen repetidamente en las investigaciones de la Fiscalía estatal.
Encuestas a modo: el gran engaño institucional
Las encuestas para calificar alcaldes mexiquenses son una chunga. Propaganda vil. Trajes a la medida, hechos por encargo. Creer en sus resultados es tan ingenuo como seguir creyendo en los Reyes Magos a los 50 años. No resisten un análisis serio. Deberían regularse o prohibirse, porque son un engaño institucionalizado. Si en verdad se quisiera medir el desempeño de los alcaldes, habría que evaluar:
- transparencia
- rendición de cuentas
- participación ciudadana
- combate a la corrupción
- reducción de pobreza
- estado de derecho
- salud de las finanzas municipales
Y no, no se mide felicidad ciudadana, pero haría falta.
Higinio mueve las piezas en silencio
Higinio Martínez es un viejo lobo de mar. Así, como quien no quiere la cosa, se hizo tomar una foto con sus aliadas senadoras mexiquenses Mariela Gutiérrez y Sandra Falcón… y la difundió. En la imagen también aparece la recién designada magistrada electoral Arlen Siu Jaime Merlos. El mensaje es claro: sigue moviendo los hilos. El desafío político no podría ser más evidente.
Texcoco y el palenque narco: cuando la música refleja la decadencia
Lo ocurrido en el popular palenque de la Feria de Texcoco el fin de semana habla mal de la autoridad local, pero peor de una sociedad atrapada por la narcocultura. La turba delirante y violenta que reaccionó ante las restricciones a la apología musical del crimen organizado es síntoma de algo más profundo: la decadencia social disfrazada de espectáculo.

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