El gobernador fue a la Legislatura controlada por Morena, invitado a la ceremonia protocolaria de instalación, y le fue muy bien. El trato que recibió fue institucional, respetuoso y, aunque hubo un par de gritos desde el anonimato de la gradería, salió contento. Una semana después, se reúne con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador y vuelve a irle requetebién, tanto que, como pocas veces en público, se le vio muy sonriente. Es obvio que las cosas van caminando en esta nueva realidad política que muchos esperaban catastrófica. La pregunta para este caso debería ser: ¿quién sí está haciendo bien las cosas? La respuesta necesariamente llevaría a la Secretaría General de Gobierno.
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Aunque en el imaginario del pensamiento binario bobalicón se crea – tal vez hasta se desea – que todo es blanco o negro y bueno o malo, en verdad la realidad es mucho más compleja que eso; esa es la razón por la que han fallado quienes apostaban a un pleito de barriada entre el Poder Ejecutivo con ADN priista y el Poder Legislativo con genes morenistas. Está claro que en ambos lados los intereses del pueblo del Estado de México están más allá que las querellas particulares o entre las elites. Bien por ambos.
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Tan pronto el gobernador se enteró de que a su secretario General de Gobierno lo estaban grillando al grado de que estaba a punto de irse, lo llamó para manifestarle todo su apoyo. Quienes supieron del encuentro cuentan que Alejandro Ozuna salió muy contento y con ganas de seguir siendo no sólo leal, sino útil.
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Un refuerzo de lujo podría llegar a finales de año o principios del siguiente al Estado de México. Se trata del secretario de Finanzas del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Luis Vega. Nadie tan calificado como él para colaborar en la reconstrucción de su partido en el último bastión (y el importante): Edoméx. Si logran convencerlo, será un hitazo.
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El trabajo del secretario Rodrigo Jarque tiene muy satisfechas y entusiasmadas a las calificadoras que le han mantenido, o mejorado, las notas de confianza en las finanzas públicas. Le dejaron un desastre, pero todos los indicadores señalan a que por fin ha logrado poner orden. Las cosas serán mejores en 2019.
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