Juan Zepeda es uno de esos embusteros que han escalado en la política y que tienen como único amo al dinero. Ha sido alcalde, diputado local y senador, gracias a sus buenos oficios con el poderoso en turno en el Estado de México. Zepeda se ha comportado desde hace años como vasallo, primero del PRI y después del PAN, aunque se presenta como militante del PRD. Que Morena haya usado la fuerza de la mayoría para echarlo vergonzosamente de la Comisión de Justicia bien ganado se lo tiene, su historia lo condena, un tipo así no puede ser parte del proceso electivo del nuevo Magistrado de la Suprema Corte.
*
Al senador Zepeda, quien llegó a ese lugar por beneficio del sistema de representación proporcional, el pueblo de Estado de México no lo eligió; en lugar de quejarse debería explicar al servicio de quién está realmente y si es verdad que Eruviel Ávila, vía su entonces secretario de Finanzas en sus tiempo de gobernador del Edoméx, le entregó cientos de millones de pesos por sus servicios políticos.
*
La legislatura en funciones está corrigiendo las aberraciones que hicieron sus antecesores, ya tiró la Ley Issemym y la Cuenta Pública de 2017, va por las pensiones y privilegios de los ex gobernadores; ahora, ha tumbado la trinquetera “reforma de laudos heredados”. La deconstrucción legislativa que hace la mayoría de Morena parece buena en su primera etapa, pero falta ver si sus efectos son los esperados para resolver los problemas.
*
En la Secretaría de Trabajo tendrán que poner mucha atención en lo que está sucediendo con pequeñas organizaciones criminales disfrazadas de sindicatos independientes que acuden a las empresas a exigir dinero, bajo amenaza organizar paros y huelgas si no se accede a la extorsión. La secretaria Martha Hilda Gonzalez tal vez no lo sepa pero en esas redes extorsivas participan algunos de sus empleados de rangos medios: Juan Carlos Consuelo, del supuesto “Sindicato de Justicia e Igualdad de Trabajadores y Empleados del Estado de México", y Javier Pérez Vera, de la pseudo “Confederación independiente de Trabajadores”, son un par de delincuentes de poca monta que operan en connivencia con funcionarios y hasta audiencias celebran en las Juntas de Conciliación.