Quebec, Canadá. La hermosísima Villa de Quebec, total y orgullosamente francófona, entumida siempre en enero con sus temperaturas cotidianas de 20 bajo cero o menos, vive el invierno como nosotros primavera. Su civilización es admirable, la regla básica es respetar siempre la norma y ser solidario con el de enfrente. Es fascinante, aquí se demuestra que para vivir bien lo indispensable es la paz. Esta parte es sin duda de lo mejor de América.
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La muerte de Alfredo del Mazo González es dolorosa y lamentable, como cualquier muerte; la miseria humana expresada en redes no es más que basura. Del Mazo González fue quizá el último de los grandes gobernadores del Estado de México, todos los datos disponibles así lo indican. Entre sus legados está el gentilicio mexiquense, pero hizo más que eso. Reconocimiento a la dignidad y fortaleza de Alfredo del Mazo Maza, ante la muerte de su padre.
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No hay duda, Alfredo del Mazo es la figura del PRI, quizá hoy no haya otro como él con las condiciones para, primero, evitar la desaparición de su partido y, segundo, encabezar una oferta política apegada a los anhelos populares con capacidad real de competencia electoral. En las exequias de su señor padre quedó claro que del Mazo es el hombre a seguir en la oposición.
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El crimen organizado encontró en el Estado de México una mina y un santuario para el huachicoleo durante el sexenio pasado, aquí podían robarse la cantidad de combustible saboteando la red de ductos de Pemex sin que nadie los molestara. Todos los hombres de poder sabían de ese lucrativo y criminal negocio y muchos se beneficiaron de él. Si se investigara, no menos de 10 tendrían razones para acabar en prisión.
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Nada más durante los últimos tres años de la administración pasada se abrieron en el Estado de México alrededor de 65 nuevas estaciones de servicio, casi todas con prestanombres, pero los verdaderos dueños despachaban en el Palacio de Gobierno, en la Cámara de Diputados y en algunas alcaldías.