Se dice que

    El trabalenguas llamado Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios, más sencillo reconocerle como Infoem, nada más no termina de cuajar, porque pocos saben lo que es y a qué se dedica, y todavía son menos los que recurren a él. […]

 

 

El trabalenguas llamado Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de México y Municipios, más sencillo reconocerle como Infoem, nada más no termina de cuajar, porque pocos saben lo que es y a qué se dedica, y todavía son menos los que recurren a él. Es como esas tía lejanas que todos tenemos, pero que nunca hemos visto. Un gran desperdicio.

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Para la sociedad mexiquense es un verdadero misterio quienes son Zulema Martínez Sánchez, Eva Abaid Yapur, Javier Martínez Cruz, José Guadalupe Luna Hernández o Luis Gustavo Parra Noriega, todos ellos consejeros del Infoem con salarios de alrededor de un millón 300 mil pesos mensuales y excelentes prestaciones. Vaya paradoja, su desempeño como procuradores y protectores de la transparencia es más opaco que agua turbia.

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Las cosas en el ayuntamiento de Atizapán de Zaragoza están tensas. El asesinato del segundo regidor, Rodrigo Segura Guerrero, ha puesto mal a todos en el cabildo y en el equipo de colaboradores de la alcaldesa Ruth Olvera a quien se le ha reforzado la seguridad personal. Esta tragedia, inevitablemente ha hecho recordar el homicidio, todavía sin resolver, en 2002 de la regidora panista María de los Ángeles Tamez Pérez. Las cosas en ese municipio no están bien desde hace muchos años.

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Ecatepec es un desastre y reparar el daño que le hicieron tardará al menos una década. El municipio es horrible, peligroso y funciona muy mal. La clase política que históricamente lo controló, lo dejó destrozado. Ecatepec es la gran favela del Estado de México, más que por falta de recursos –desde hace mucho su presupuesto es superior a 4 mil millones por año–, por la deshonestidad de sus gobernantes que se lo han robado. Para ejemplificar el talante de los sátrapas que ha padecido, el nuevo alcalde, Fernando Vilchis, cuenta que su antecesor, Indalecio Ríos se fue con 390 millones de pesos que desaparecieron del organismo público de agua potable. Alguien debería estar ya en la cárcel, lo merecen.

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El grado de impunidad y abuso en el gobierno anterior de Metepec era francamente obsceno. Nada más en la oficina de Comunicación Social se encontraron pagos por más de 9 millones de pesos hechos a los cuates del papá del alcalde que escriben en periódicos del la Ciudad de México. Ni a cuál irle, de tal palo, tal astilla. A ver qué hace con ese expediente la alcaldesa Gabriela Gamboa.