Tokio, Japón.- Aquí no existe Dios, al menos como lo conocemos nosotros. Este pequeño país con la tercera economía mundial es fascinante: con una mano toma el futuro y con la otra se aferra al pasado. El próximo año serán las olimpiadas y el mundo podrá ver con sus propios ojos el milagro logrado por millones de mujeres y hombres esforzados que, después de sufrir la guerra y abatidos por las bombas atómicas, decidieron no rendirse y volver a ponerse de pie. Murakami enTokio Blues capturó la esencia de este pueblo, que hizo del terror al fracaso y a la decepción su principal fortaleza. Japón es inspirador.
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Existe la percepción de que son los japoneses quienes más horas dedican a trabajar, pues resulta que no, los mexicanos les ganan y según la OCDE en ningún otro país del mundo las jornadas laborales son tan extensas como en México con un promedio de 2 mil 225 horas trabajadas por año. El problema son los salarios, por eso la diferencia en resultados.
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A Gabriel O'Shea le entregaron el sector salud hecho pedazos por la corrupción y la incompetencia de los anteriores responsables. Reparar el daño tardará muchos años y muchísimo dinero, quizá más de un sexenio. Aquellos que quedaron atónitos con lo que hizo Duarte en Veracruz, no imaginan lo que aquí sucedió, les daría el soponcio. Esto no debería quedar impune, los poderes del Estado deberían ir juntos a castigar ejemplarmente a los responsables.
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Falta medio año para que el PRI estatal renueve por estatutos su dirigencia, y hoy parece claro que lo lógico será que un delmacista releve a Alejandra del Moral. Todos los grupos quieren influir, cada quien trae su proyecto y sus intereses, hace falta quien armonice y detenga la balcanizacion priista.
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La nomenklatura toluqueña ha acogido gozosa a Juan Rodolfo Sánchez. El debate sobre si es de derecha o de izquierda, del PAN, del PRI o de MORENA, allí no es debate, todo es pragmático y su demanda principal es muy clara, no alterar el Statu Quo. Nadie podría criticarle por eso, ahora solo falta que trabaje hacia abajo.
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