Muchos de los que accedieron al poder público en 2018 en el Estado de México, mas por gracia de la popularidad de Andrés Manuel López Obrador que por mérito propio, han resultado una decepción. Fueron suficientes 100 días para que su talante autoritario, marrullero, incompetente y corrupto, que se supone exorcizarían de los gobiernos municipales, quedara exhibido. No todos, habría que ser claros, pero sí muchos de los empoderados morenistas, resultaron peores que los mas criticados priístas. La desilusión del 2000 con el foxismo, se repite. Antes fue la derecha, hoy la “izquierda”, pero resultó prácticamente lo mismo.
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Bien harían los consejeros del IEEM en organizar un foro de especialistas que explicaran a la sociedad porque nuestra democracia produce tan malos gobiernos, generalmente muy mediocres en la gestión pública. ¿Qué tendrían que saber los electores para dejar de ser tan cándidos y cíclicamente ser desilusionados? ¿Podrá mejorar la calidad de la administración pública sin que mejore antes la calidad de los ciudadanos? Los procesos electorales se han consolidado como la engañifa del progreso mexicano.
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En la bancada de MORENA en la Legislatura local, no todos están de acuerdo con las formas ni con el fondo de la reforma universitaria. Hay un grupo de 6 diputados que han hecho saber de manera institucional su disentimiento. Su coordinador, Maurilio Hernández, no ha logrado reunir los votos necesarios para patrocinar la iniciativa.
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El desarrollo inmobiliario vertical Paseo Molino en el corazón de Toluca ha sido un verdadero desastre. Cimentar sobre la oquedad de la bóveda del drenaje ha sido un suicidio. Solo a alguien muy deschavetado pudo ocurrírsele levantar torres de departamentos sobre lo que fue paso del río Verdiguel. Llevan años y años construyendo y no terminan, el fracaso es irrefutable. Departamentos que vendían hasta en 4 millones hoy los ofrecen en menos de 2 millones. Es una pena que proyectos como ese no cuajen en la capital, por eso Toluca no deja de ser un pueblote.
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La salud del ex gobernador Emilio Chuayffet es frágil. Desde hace años le aquejan problemas que le restringen la actividad. Hombre de una fortaleza intelectual extraordinaria ha sabido llevar con gran dignidad su retiro obligado por prescripción medica.
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