Se Dice Que…

¿Dónde está Enrique Peña? Su localización se volvió confidencial. Las divertidas vacaciones de retiro presidencial pasaron súbitamente al nivel de ruta de fuga. No podrá vérsele más bailando ebrio, tampoco jugando al encubierto en algún restaurante con su novia, ni en fiestas malditas con amigos. La desgracia le ha alcanzado, apestado políticamente, con la muchedumbre […]

¿Dónde está Enrique Peña? Su localización se volvió confidencial. Las divertidas vacaciones de retiro presidencial pasaron súbitamente al nivel de ruta de fuga. No podrá vérsele más bailando ebrio, tampoco jugando al encubierto en algún restaurante con su novia, ni en fiestas malditas con amigos. La desgracia le ha alcanzado, apestado políticamente, con la muchedumbre aclamando que se le juzgue y encarcele, Peña corre, huye, buscando no perder lo único que le queda… la libertad. Del cielo al infierno en 12 años, lo que fácil llega, fácil se va. No hay retorno, todo ha terminado.

 

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Fernando Flores, el enigmático empresario local que fundó en el año 2000 “Cifo Technologies”, encontró en la proveeduría de servicios y arrendamiento de “unidades inteligentes” al gobierno, un nicho de negocios que lo ha hecho sorprendentemente millonario en tres sexenios. Polifacético, al mismo tiempo preside el consejo de administración del Club Deportivo La Asunción, abre bares y restaurantes que expande Cifo Comunicaciones, controladora de la agencia de noticias Quadratín en Querétaro, Quintana Roo y Estado de México. Durante mucho tiempo se ha asociado su extraordinario éxito a sus supuestas buenas relaciones políticas y personales con personajes del peñismo, aunque siempre lo ha negado. Lo que ha ganado -dice orgulloso- lo ha hecho por su esfuerzo y talento. Ahora, “El Queche”, como le llaman sus amigos, trabaja en un nuevo proyecto: ser candidato del PAN en 2021 a la alcaldía de Metepec de la mano de la figura dominante de ese partido, Enrique Vargas, el alcalde de Huixquilucan que quiere ser gobernador. Está en todo su derecho.

 

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Juan Rodolfo y Cristóbal Coyote eran amigos de adolescentes. Entonces solían reunirse a beber brandy barato, tocar la guitarra y cantar con Raymundo -su otro amigo- en el amasijo de Lerdo. Juan Rodolfo era un joven católico practicante de clase media baja que normalmente no traía un peso en la bolsa. Por años caminaron juntos, tanto que al llegar Juan Rodolfo por primera vez a la alcaldía hizo a su cuate director General de Gobierno Municipal. Algo pasó que terminaron por separarse. Si alguien conoce a Juan es Cristóbal, quien hoy no se tienta para calificar públicamente a su gobierno de frívolo y deslizar que el jefe de la policía, Roberto Valdés, a quien también conoce muy bien, es corrupto y represor. Toluca está en manos de malas personas, al menos eso parece. 

 

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El desempeño del director de Recursos Materiales, Hiroshi Gorozpe Tanamachi, ha sido colocado en el centro de la controversia entre los capitanes de la administración pública estatal. Hay quien le defiende a capa y espada de aquellos que le señalan con dedo flamígero y ponen en duda su honradez y honestidad. La discusión ha escalado a propósito de un par de contratos, unos por más de 220 millones de pesos, asignados a través de una licitación pública nacional en la que solo participó un proveedor. Hiroshi, acusan, no rinde cuentas al secretario de Finanzas, Rodrigo Jarque, lo salta y se refugia en su cercanía con el hermano del gobernador. ¿Será?

 

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Quienes pensaban que las elecciones internas de MORENA en el Estado de México serían un solaz paseo para el GAP que terminaría por arrasar a sus adversarios, se equivocan, las cosas para el grupo que se consideraba hegemónico  se le complican cada días más frente al movimiento de resistencia que ha despertado en al menos 19 de los 41 distritos electorales en los que habrá votaciones. Las cosas han cambiado.