A quien le gusten las apuestas, que las ponga a favor de Horacio Duarte para 2023. El hasta hoy subsecretario es, sin duda, el mexiquense de mayor confianza del presidente López Obrador. Si Horacio logra entregarle buenas cuentas en su próxima encomienda, como director de Aduanas, las probabilidades de que sea el siguiente candidato de Morena a la gubernatura son altísimas, mayores que las de la mismísima profesora Delfina Gómez y, por supuesto, que las del propio Higinio Martínez.
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Para entender por qué están así los momios, habría que entender que en la esquina de Horacio Duarte está AMLO y en la de Higinio Martínez, Ricardo Monreal. La maestra Delfina es una mujer honesta hasta los huesos, sencilla, un dulce, pues, pero no dio el estirón como delegada del gobierno federal y eso le ha restado muchos puntos.
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Desde hace tiempo, Horacio Duarte había pintado su raya con algunas de las prácticas comunes de los integrantes del GAP en ejercicio del poder. No estaba de acuerdo en como hacían las cosas y había tomado distancia. Juntos, pero no revueltos. No todos somos iguales, parecía el mensaje. En la selección de candidatos a diputados y alcaldes, para las elecciones del próximo año, se verá el reacomodo de los grupos y la nueva correlación de fuerzas.
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Antorcha Campesina desarrolló e impulsa la campaña #EdomexSinComida que, a fuerza de dinero y bots, se convirtió este martes en tendencia en Twitter con más de 50 mensajes hasta las tres de la tarde. Usan la necesidad y el dolor de estos tiempos, sobre todo de aquellos a quienes siempre han usado y explotado, los más pobres, para lanzarse contra el presidente López Obrador y el gobernador Alfredo del Mazo, a quienes intentan responsabilizar de alguna manera de la crisis derivada por la pandemia de covid-19. Quieren despensas, porque según ellos, en el Estado de México la gente está en condiciones de hambre. Son verdaderamente abyectos.
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Alrededor de un millón 200 mil mexiquenses viven en Estados Unidos, principalmente en Illinois, Nueva York, California, Texas y Florida, y la están pasando muy mal por la pandemia de SARS-CoV-2. Han muerto muchos, aunque no hay cifra oficial precisa, y nadie les pone atención. Esos paisanos son uno de los motores económicos importantísimos del estado, básicamente del sur, sus remesas fueron el año pasado de 2 mil 32 millones de dólares, según el Banco de México. Ya es momento de que la coordinación de Asuntos Internacionales del gobierno se ponga a hacer algo por ellos, ¿no cree?
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