Se dice que

Juan Rodolfo está perdido. Colocar al canalla de Francisco García Burgos al frente de seguridad pública es una irresponsabilidad obscena. No tiene conocimientos ni experiencia lejana alguna. Lo peor, es un hombre bajo sospecha de corrupto y autoritario

Por donde quiera verse, la estrategia de seguridad pública del gobierno municipal ha sido un rotundo fracaso. La ciudad no es más segura que antes, los niveles de angustia de la gente por temor a ser víctima de la delincuencia, hoy son mayores. La destrucción del progreso estos dos últimos años no se resuelve con la simpleza de la renuncia del jefe de la policía. Los ciudadanos de Toluca fueron timados, pagaron alrededor de 3 millones de pesos en salarios a Roberto Valdés por un servicio que nunca prestó debidamente.

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Juan Rodolfo está perdido. Colocar al canalla de Francisco García Burgos al frente de seguridad pública es una irresponsabilidad obscena. No tiene conocimientos ni experiencia lejana alguna. Lo peor, es un hombre bajo sospecha de corrupto y autoritario. No es de Toluca –nació en Baja California– y llegó al Estado de México como delegado del PAN, fue justo en sus tiempos cuando 7 diputados locales panistas se vendieron para darle la mayoría al PRI. No habían pasado ni 10 minutos de que Roberto Valdés hiciera pública su separación, cuando desde la oficina de Comunicación Social –que dirige su ahijado– se promovía a García Burgos como el nuevo jefe de la policía. Toluca está en las peores manos.

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Tres de las escuelas privadas de educación superior más grandes del de Toluca y alrededores están en crisis económica y de calidad de la enseñanza, tanto como para que sus socios se planteen la necesidad de vender. UVT, IUEM y UNITEC han perdido por la pandemia alrededor de 25 por ciento de su matricula por la pandemia, colocándolas en posición de pérdida y en riesgo de quiebra. Un fondo inversión ha hecho ya una propuesta en firme de compra a dos de ellas para tratar de rescatarlas. El asunto es delicado, más de 35 mil estudiantes están en la incertidumbre.

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Se equivocan quienes piensan que el PRI se rendirá y entregará la plaza sin mayor resistencia. Por el contrario, en las próximas elecciones meterá el acelerador a fondo y se jugará el resto en el Estado de México. No, el PRI no está vencido, será muy competitivo en regiones específicas de acuerdo con todas las encuestas levantadas hasta hoy. Su voto duro más los acuerdos con otras fuerzas y su reconstruida estructura, le alcanzarán para ganar al menos lo doble de lo que tiene hoy. Al tiempo.

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El juego por la rectoría de la UAEM ha empezado a ensuciarse. Está en curso la temporada de descalificaciones, son los tiempos hablar mal del adversario. No hay ideas ni propuestas. El nivel es menor que la disputa por el control de una pandilla. No configura una competencia entre honorables o virtuosos, sino un triste pleito entre cretinos. La UAEM merece mucho más que esas miserias.