Se Dice Que…

La cantidad de dinero para seguridad pública que se ha ido por el caño, es espantosa, alrededor de 15 mil millones de pesos que nadie sabe con precisión en qué se gastaron o dónde están. Este gobierno le ha salido muy caro e ineficiente a los contribuyentes, gasta mucho y da pocos resultados. El eruvielato […]

La cantidad de dinero para seguridad pública que se ha ido por el caño, es espantosa, alrededor de 15 mil millones de pesos que nadie sabe con precisión en qué se gastaron o dónde están. Este gobierno le ha salido muy caro e ineficiente a los contribuyentes, gasta mucho y da pocos resultados. El eruvielato dispuso durante 2012 de 5 mil 680 millones de pesos; en 2013 de 6 mil 395 millones; y, para este 2014 tiene 8 mil 257 millones mas. Dinero no le ha faltado a Eruviel, ideas, conocimientos y voluntad, sí. 

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Para ser justos, habría que decir que a su primer secretario de Seguridad, se lo impusieron. Salvador Neme, quien por cierto podría quedar ahora al frente de la Gendarmería Nacional, fue un desastre. Tuvo muy pocos resultados, pero hizo muy buenos negocios. Originario de Tabasco, se fue del estado mucho más rico de lo que llegó.

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Luego vino Rocío Alonso, no existe una versión sólida que aclare como llegó, hay dos versiones: que Neme la recomendó, es decir que le heredó el cargo. La otra, que el actual secretario General de Gobierno, Efrén Rojas, la promovió. El de Alonso fue un desempeño mediocre, lastimoso, la red de complicidades y mandos corruptos se la comió.

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A su tercer secretario de Seguridad, Adrián Canales, se lo volvieron a imponer, ya no como castigo político como fue con Neme, sino para sortear su ineficiencia. Eruviel no tiene excusa política, ética, técnica o presupuestal para justificar su desastre. Lo único que le queda es seguir tragando sapos. O se aguanta o se va.

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Para Luis Miranda está muy claro que la única oportunidad que tiene para cumplir su sueño de convertirse en gobernador del Estado de México, es esta. No volverá a tener otro chance así. Es ahora o nunca. Sería muy inocente pensar que no hará todo para cristalizarla. Si en alguien confía el presidente y quiere como a un hermano, ese es Luis.