Fusto Vallejo de Michoacán, Andrés Granier de Tabasco, Tomás Yarringtón y Eugenio Hernández de Tamaulipas y Mario Villanueva de Quintana Roo, algunas de las “joyas” del PRI que deberían estar en la cabeza de cualquier ciudadano que se respete en las próximas elecciones.
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Si de acuerdo a las recientes mediciones de Reforma la fuerza electoral de MORENA en el Distrito Federal es de más o menos 14 por ciento, en el Estado de México, particularmente en el llamado Valle de México, la cifra es muy parecida o superior. Andrés Manuel López Obrador es el político con más arrastre.
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Paradójicamente, la presencia de MORENA en el escenario electoral local, pudiera terminar involuntariamente ayudando al PRI. MORENA quitará votos al PRD y a su posible alianza con el PAN. En una elección como baja participación y voto dividido, regularmente gana el PRI. ¡Qué cosas!
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Con curiosidad casi morbosa la clase política local repite una y otra vez la misma pregunta retórica en sus charlas cotidianas: ¿Jugará Nemer otra vez por la gubernatura? El sub secretario de SEDESOL nunca ha desistido en su legítimo anhelo. ¿Qué político que se respete no quisiera gobernar su estado? La pregunta correcta sería si Nemer tiene realmente posibilidades o si lo van a dejar pasar sus adversarios que son muchos y hoy tienen el poder.
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A punto de que Eruviel inicie la curva del descenso en su administración al cruzar la mitad del periodo para el que fue electo, vale la pena echar una mirada de que hombres y mujeres están en el horizonte como posibles sucesores. Del PRI, hay que apuntar a la senadora Ana Lilia Herrera; al director de BANOBRAS, Alfredo del Mazo Maza; al sub secretario de SEDESOL, Ernesto Nemer; al de Gobernación, Luis Miranda; al secretario de Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, al secretario General de Gobierno, José Manzur; y al Presidente estatal del PRI, Carlos Iriarte. En el resto de los partidos no hay nada claro. Empiecen sus apuestas.