Se dice que

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La verdadera prueba de popularidad del presidente en territorio mexiquense será la consulta para la revocación del mandato

El promedio de aprobación del presidente entre los mexiquenses es de 70 por ciento. En algunos lugares del Valle de México suele ser más alto todavía. Que el lamentable exalcalde de Atlacomulco, Roberto Téllez, en su miseria intelectual y política, creyera que era buena idea colocar una horrenda estatua de AMLO y que un grupo de cobardes la destruyeran, amparados en la oscuridad de la noche y el anonimato, no significa nada. El valor simbólico que han querido darle en ciertos medios opositores al régimen es una invención, una elucubración propagandística.

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Nada cómodo debió sentirse con lo sucedido en la tierra de sus antepasados el gobernador Alfredo Del Mazo. El asunto lo tomó por sorpresa y de inmediato hizo llegar al expresidente sus personales disculpas por lo sucedido. En Palacio Nacional las cosas se tomaron con calma, al presidente no le había gustado nada el desplante de politiquería del alcalde de Atlacomulco. Su respuesta fue un “díganle al gobernador que no se preocupe, que entiendo”. No más.

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La verdadera prueba de popularidad del presidente en territorio mexiquense será la consulta para la revocación del mandato. Todas las estimaciones destacan que en el Estado de México y en la CDMX será donde reciba el mayor apoyo. Aquí está previsto que arrasará el sí.

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En 18 meses vendrá la segunda gran prueba en las elecciones para gobernador. Si el presidente mantiene su enorme base social de apoyo, Morena se presentará con ventaja, aunque los grupos que tienen copados los órganos de dirección local de ese partido se dediquen todos los días a dilapidar el capital político.

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Hay que ser muy cándido para esperar grandes cambios en los gobiernos municipales, estructuralmente no hay modificación alguna. Podrá haber buenas intenciones, pero no es suficiente. Los nuevos equipos se integraron bajo el criterio de cuotas y cuates, igual que siempre. Alternancia sí, pero no cambio de régimen. Los entusiasmados de hoy serán los decepcionados de mañana. El ciclo se repite.