Pepe Manzur es un hombre al que le gusta mucho el dinero y el poder. Es absurdamente rico y en política su máximo logro fue ser el número 2 del gobierno con Eruviel Ávila. Un hombre rico lo que más desea… ¡es ser cada vez más rico! Y un hombre de poder lo que permanentemente anhela es… ¡siempre tener poder! Por eso, no es casual que en la renovación de los gobiernos municipales la mano de Manzur esté metida; sobre todo en el tema de seguridad que tanto le interesa. En Toluca, su amigo y su entrenador de equitación, Leopoldo Reyes, es el nuevo jefe de policía. En Metepec, su sobrino. En Coacalco, uno de sus protegidos. Y así en otros municipios más. El dato puede sonar anecdótico, pero es mucho más que eso. Al tiempo.
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Por cierto, este sería un muy buen momento para que el nuevo jefe de la policía de Metepec, Jesús Ramírez Manzúr, explique públicamente cómo fue que en su paso anterior por la dirección de Seguridad Pública de ese municipio, colocó como jefe de Inteligencia nada menos que al capo de “La Familia Michoacana” en el Valle de Toluca, Alejandro “N”, alias “El Negro”. No solo lo tenía en la policía, también le atendía negocios particulares de seguridad privada. Debería dejar bien claro tan delicado asunto porque el mal pensador recurrirá a eso de «dime con quién andas y te diré quién eres».
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Rodolfo Jardón supo tragar sapos durante años sin hacer gestos. En la pasada legislatura aceptó hacerse a un lado para pavimentar la llegada de Miguel Sámano como coordinador de los diputados priistas. Aguantó vara. Su lealtad le fue recompensada, algo que muchas veces no sucede en política. Este lunes tomó posesión como Vocal del Instituto del Transporte.
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El secretario de Finanzas, Rodrigo Jarque, no pierde la calma ni la forma. Aguanta con temple el acuerdo entre fuerzas políticas para que el presupuesto 2022 salga como se necesita. El secretario general de Gobierno, Ernesto Nemer, está contento. En el gobierno confían en que el coordinador de los diputados priistas, Elías Rescala, podrá con la encomienda, nada fácil por cierto. Sí, la expectación pasó de semáforo verde a amarillo desde hace un par de semanas; pero todavía a un espacio amplio de maniobra para que se prendan las alertas rojas.
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En unos meses el rector Carlos Barrera cumplirá su primer año al frente de la Universidad Autónoma del Estado de México. En términos generales, su desempeño ha sido aceptable, a pesar de que las condiciones son complicadas. La UAEMex no ha cambiado mucho en estos meses. El proceso, se entiende, por su naturaleza es lento. Quizá uno de sus mayores logros ha sido conservar la calma. Los ajustes se presentan necesarios. Es hora de soltar el lastre porque el tiempo vuela.