“Oficiales policiales mexicanos están investigando al ex presidente Enrique Peña Nieto como parte del caso de corrupción de más alto perfil en años, dijo un alto funcionario judicial mexicano”. Así empezaba la nota que Wall Street Journal colocó desde la tarde de ayer miércoles en su edición electrónica. Todos enmudecieron, nadie, absolutamente nadie de la clase política del Estado de México, a la que tanto benefició, salió en defensa de su ex jefe y líder. Le han dejado solo, muy poco les duró la amistad, el agradecimiento y la lealtad. Faltaría saber si están paralizados de miedo o simplemente es vileza.
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Los tiempos se han acelerado, se esperaba que Peña Nieto quedara sujeto a proceso en 2021, terminaría por hundir al PRI electoralmente y catapultaría a Morena, pero parece que todo se ha acelerado, quizá por la pérdida de popularidad del presidente López Obrador. Hace sentido, por supuesto, la estrategia del PVEM que se consolidará como la vía alterna para los priístas en fuga.
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No son buenas noticias para el gobernador Alfredo Del Mazo, son reales y grandes los riesgos de que en su caída Peña le arrastre con él. No tiene opción, debe deslindarse definitivamente. Tiempos difíciles por venir, paradójico, pero la mano que puede salvarle es la del presidente López Obrador. Ahora se entiende porque decidió plegarse totalmente a la 4T, elemental supervivencia.
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La soberbia de Juan Rodolfo es inaudita. El síndrome del ladrillo lo mantiene en vahído permanente. Está insoportable embriagado de dinero, poder e impunidad. Cuando le solicitaron por seguridad algunos ajustes en el formato de su informe, prefirió no hacerlos y desdeñar el acompañamiento del gobernador. A los secretarios de Gobierno y de Educación los dejó esperando más de hora y media en la ceremonia de colocación del Bando. Maltrata a su propio equipo, a la gente no la atiende. García Burgos es su alter ego, el que mangonea en el gobierno municipal. La corrupción es galopante. Autoritario, prepotente. Se le olvida como perdió las últimas dos veces. Quod natura non dat, Salmantica non præstat.
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¿Si tuvieras enfrente al secretario de Obra Pública del gobierno estatal, que le dirías? Bueno, hoy es una buena oportunidad. Rafael Díaz Leal, en punto de la 7 de la noche en el Conversatorio AD. Hay mucho de qué hablar, preguntar y escuchar.
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