Sí, aquellos que están bien informados, muy cerca de donde se toman las decisiones, coinciden: la candidata del PRI será Alejandra del Moral. Tampoco hay duda de que el del PAN será Enrique Vargas. Antes de diciembre deberá estar decidido quién de los dos declina para que la alianza sea posible. Alejandra no lo hará, su partido tiene preferencia con casi un millón de votos más que su socio. No es lo mismo equidad que igualdad. Las coaliciones son acuerdos equitativos.
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El tercer socio, el PRD, no tiene candidato. Su fuerza electoral es marginal, quizá para 2023 apenas alcance 1.5 de la votación si bien le va. Su papel será casi de espectador, dejará que el PRI y el PAN resuelvan sumándose a lo que decidan.
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Una pieza fundamental en la arquitectura del proyecto Alejandra del Moral es y será Francisco Sarmiento. No se ve, pero se siente. Fue unos de los impulsores determinantes para el enroque entre Alejandra y Erick Sevilla y definir prácticamente así la candidatura. Elías Rescala tiene un papel igual de relevante como Gerardo Monroy y Miguel Torres. Es el equipo que controla todas las estructuras.
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Aquellos que sufren por la muy buena relación institucional entre el presidente López Obrador y el gobernador Del Mazo se retorcerán de coraje el próximo 21 de marzo cuando los vean juntos con Claudia Sheinbaum en la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Del Mazo será uno de los oradores y se espera que sus palabras dejen a más de uno de con la boca abierta.
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En política, como en la vida, nada es para siempre, ni para tanto. Aquellos que se embriagan en sus éxitos, olvidan que ninguno tiene carácter de permanente, que son temporales, por no decir que pasajeros. Esa sensación de invencibilidad que los impulsa es autoengaño. En la cosa pública todo tiene fecha de caducidad y el dinero no lo compra todo. Deberían comprenderlo. Los soberbios de hoy serán los apestados de mañana. Tiempo.