Qué ironía, pero en la lista de invitados VIP a la misa multitudinaria que el Papa oficiará en Ecatepec hay apóstatas, anatemas, herejes y hasta ateos que no logran ni el grado de católicos practicantes irregulares. Pecadores consuetudinarios que acuden no en busca de redención para alcanzar un lugar en el cielo, sólo van al jolgorio, o la grilla si acaso.
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Y mientras en las primeras filas se acomodan en mullidos asientos a los hipócritas, allá en el fondo, de pie bajo el abrasador sol, en el polvo bien apretujados, lejos muy lejos del pontífice, estarán los católicos verdaderos, los desposeídos a los que nada queda, salvo su fe perpetua, los que hoy como siempre necesitan para seguir adelante del consuelo de Dios y de su representante en la tierra.
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Lo vaticanológos califican a Francisco como el Papa más socialista en la historia reciente de la iglesia. Cura de calle, formado en las misiones sociales, él sabe de penurias. Por eso su homilía será lo que pueda dar sentido a su visita. No dará una palmada en la espalda a los hombres del poder, por el contrario, de él se esperaría una dura crítica, tocar conciencias a los tibios e indiferentes para que se rebelen frente a la injusticia. Aquellos que esperan una festiva alegoría, recibirán en la justa medida lo que merecen, prudencia, pero verbo punzante. El Papa no vendrá a hacerles el caldo gordo ni a destapar candidatos presidenciales.
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Es una pena pero en los llamados partidos de oposición, ni en el mismísimo MORENA, se ve un aspirante con arrastre social, un líder con una propuesta fresca e inteligente que lo proyecte como prospecto viable. En la derecha y en la izquierda son los mismos de siempre, muchos de pésima reputación con probada incapacidad para gobernar. 15 meses antes de las elecciones y siguen haciendo todo para perder.
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El secretario de Salud, César Gómez Monge ha saltado al ruedo de la sucesión, como se esperaba. El integrante mas joven del gabinete y el secretario con las calificaciones de desempeño mas altas, está en la competencia. Eruviel no lo ve nada mal.
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