La única diferencia entre los ex alcaldes de Naucalpan y Tlalnepantla, es que uno está en prisión por corrupto y el otro no. David Sánchez Guevara pasa sus días en una celda mientras Pablo Basañez goza de fuero y cobra un excelente salario como diputado federal. Pero ¿por qué si sus historias son tan similares, sus destinos tan distintos? Pues por la sencilla razón que David cayó de la gracias de los hombres del poder que despachan en Toluca, y Pablo no… hasta ahora. Un típico caso de justicia selectiva.
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Cada quien ve las cosas como le convienen. Para algunos, ubicados en la malquerencia, que José Manzur haya sido uno de los convidados, aunque sea de piedra, a los festejos del cumpleaños de Diego Fernández de Cevallos, le resta puntos a sus aspiraciones por la gubernatura. Para otros, simpatizantes, empleados y familiares, por el contrario, eso indica que es bien visto por la élite o “Mafia del Poder”, como llama a esa comunidad El Peje, lo que alienta las esperanzas de que logrará la candidatura del PRI. Lo que hasta ahora no se ha sabido en público, es la opinión de Eruviel, que no asistió a la comilona, quien sabe si, porque no fue invitado o no consideró prudente asistir. Dos preguntas: ¿pidió permiso Pepe a su jefe para ir a la pachanga? ¿Fue el alcalde panista de Huixquilucan, Enrique Vargas, quien promovió su invitación?
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Muchos se pregunta ¿Dónde está el secretario de Desarrollo Económico?, hasta hace no mucho considerado hombre clave del eruvielismo y eficaz operador en el valle de México. Si su estrategia era guardar bajo perfil, se le pasó la mano y está a punto de ser declarado espécimen en vías de extensión. Adrián Fuentes está desde hace meses prácticamente en calidad de prófugo de la opinión pública. Ya es momento de que explique a qué se está dedicado y cuáles son los resultados del ministerio a su cargo.
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Si el secretario de Desarrollo Económico ni fu ni fa, pues el de la Contraloría es una entelequia. Hablar sobre él o de su obras, es casi dogma de fe. Más veces se ha visto a Juan Diego que a él… ¿cómo se llama? Quien sabe, nadie se acuerda. Lo lamentable, trágico podría decirse, es que se supone es el responsable de combatir la corrupción. Por eso estamos como estamos. Su beca sale cara a los contribuyentes, todos los meses cobra más de 140 mil pesos, se le paga camioneta blindada, gasolina, chofer, guaruras, secretario particular y asesores, por nada.
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