Seguridad y médico, las carencias de vecinos de la presa Ignacio Ramírez, en Almoloya de Juárez

Seguridad y médico, las carencias de vecinos de la presa Ignacio Ramírez, en Almoloya de Juárez
Evodio de la Cruz Garduño es originario del Barrio del Carmen, desde su niñez ha tenido que cruzar con una lancha para comprar sus alimentos en el centro de Almoloya

A 20 minutos del centro de Almoloya de Juárez se encuentra la presa Ignacio Ramírez, que divide a diversas colonias, entre ellas, el Barrio del Carmen. Los pobladores deben transportarse de extremo a extremo por medio de una lancha, una de las principales actividades económicas de la región. Debido a la separación de las localidades y el centro de Almoloya, los vecinos enfrentan carencias en servicios de salud y seguridad.

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Evodio de la Cruz Garduño es originario del Barrio del Carmen, desde su niñez ha tenido que cruzar con una lancha para comprar sus alimentos en el centro de Almoloya. Él narra que la idea surgió hace aproximadamente 35 años, ya que los habitantes necesitaban ir al centro del municipio a conseguir alimentos o acudir al médico.

Las personas que se transporta en lancha, en su mayoría, son vecinos de Cieneguillas de Guadalupe, San Agustín las Tablas y San Agustín Citlali.

“La gente del barrio tiene que cruzar para acá, es nuestro medio de transporte, nuestras lanchas, pero los que no cuentan con ella tienen que pagar su pasaje para cruzar para acá”, explicó Evodio.

Los pobladores han tenido que adaptar sus lanchas con motores para trasportarse en menos tiempo. En cada lancha caben al rededor de 5 personas y el costo del viaje es de 7 pesos. Los traslados comienzan a partir de las seis de la mañana —principalmente con trabajadores, y estudiantes de primaria y secundaria— y terminan a las 9 de la noche.

Los viajes comienzan desde las 6 de la mañana y terminan a las 9 de la noche. Fotos: Jesús Mejía

Inseguridad y falta de médico

Evodio explica que se enfrentan al robo de ganado, principalmente en las comunidades Rancho Atotonilco, San Antonio, Ocoyotepec y San Juana Centro (la Palma).

“Pero la gente ya está bien desconfiada por la inseguridad, por ejemplo, el que está en su casa, en la noche llegan a robarse sus animales o otras cosas”.

La presa divide a las comunidades de Salitre y Barrio del Carmen, por lo que la seguridad no llega. La mayor preocupación es principalmente en las escuelas, donde madres de familia han tenido que realizar guardias para proteger a los estudiantes.

“Seguridad por los niños, ahorita casi todas las señoras tienen que ir a la escuela por sus hijos, las mismas mamás tienen que hacer guardia. Necesitamos una patrulla en la escuela primordialmente por los niños”.

Vista aérea de la presa Ignacio Ramírez. Fotos: Jesús Mejía

Además, expresa que en el barrio no tienen médico y el centro de salud de la comunidad está abandonado. Por ello, se enfrentan a la dificultad de trasportar a enfermos en las lanchas e incluso mujeres embarazadas han realizado trabajo de parto en este medio de transporte.

“Sí hubo un médico, hace años, pero no regresó. La verdad nosotros sí lo requerimos, sí hay un servicio médico que nos proporcione el gobierno pues mejor, porque estamos aislados por la presa».

Pesca en la presa Ignacio Ramírez

Una de las principales actividades realizadas por las distintas comunidades es la pesca. En la presa se observa como las redes se interponen en el camino, donde por más de 30 años han sembrado carpa bigotona y carpa plateada, que en un periodo de ocho meses están listas para su consumo.

Evodio explica que, gracias a la ayuda de Miriam Cárdenas Rojas —diputada local de Almoloya de Juárez— han podido sembrar pescado, que es para autoconsumo y venta.

“Sacamos a veces dos o tres kilos, hay veces que sacamos hasta seis kilos, vendemos tres kilos y lo demás lo comemos, y lo que vendemos lo invertimos en comprar para el consumo propio”.

Aves

La presa es habitada para el pato mexicano; además de otras especies que migran de Estados Unidos y Canadá como el pato Coacoxtle, Golondrina, cola prieta, boludo o ojo de gallo, panadero y la monjita.

Las aves se encuentran en peligro por las trampas de redes que se encuentran en la presa y por la caza furtiva que se realiza en la zona.

Caza ilegal de pelícanos en la presa Ignacio Ramírez

El pasado jueves 24 de marzo, vecinos denunciaron que hombres estaban en la presa cazando de forma ilegal. En el video que circuló en redes sociales, se puede observar cómo las personas a bordo de una lancha comenzaron a dispararle a las aves matando a dos de ellas.

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De acuerdo con la Profepa, está prohibida la caza y daño a los pelícanos bajo la NOM-059-SEMANART-2010, ya que son considerados aves endémicas. Las penas por este delito son de hasta nueve años de prisión y de 350 a 3 mil 500 días de salario.