Toluca, México: 15 de noviembre de 2018. Afuera de la Cámara de Diputados, la señora que vende dulces de manera informal frente al acceso principal mira pasar a cientos de personas en traje, zapatos lustrados y cabellos bien peinados; para ella es otro día más, no sabe que dentro la fracción parlamentaria de Morena no aprobará la revisión de la cuenta pública 2017.
Y aunque lo supiera quizá no lo entendería, pero tal vez le importaría saber que existe un órgano que revisa cómo se gastaron los recursos del presupuesto y que una vez que lo hace, los legisladores aceptan o no dicha revisión que, en este caso, corresponde al último año del ex gobernador Eruviel Ávila.
Para llegar a esta discusión se realizan acuerdos anteriores por comisión, es decir, en cada partido político representado; y aunque Morena, que ahora tiene mayoría en la legislatura, lo había aprobado en las comisiones, en la reunión general decidió votar en contra de la aprobación por considerar que aprobarlo “implicaría ir contra lo que los ciudadanos votaron el primero de julio”.
Quizá a la señora que vende no le importe todo lo anterior, pero quizá sí saber que el Órgano Superior de Fiscalización, que revisa las cuentas, encontró inconsistencias en la revisión de más de 270 millones de pesos, así como ineficacias en 38 programas sociales que tuvieron un desempeño regular, pésimo o crítico. Tal vez ella tenga acceso a uno de ellos.
A nombre de la bancada, Labastida Sotelo argumentó que el ejercicio fiscal 2017 no se debería ratificar debido a que el informe entregado por el gobierno mexiquense del año pasado presenta diversas irregularidades, muestra de ello, puntualizó, son los mil 40 millones de pesos, de los cuales 800 millones no se han podido comprobar en el sector salud.
El informe realizado por la OSFEM dio a conocer que 38 programas sociales presupuestarios estatales tuvieron un índice de desempeño “regular”, “pésimo” y “crítico”, al respecto, la diputada morenista dijo: “los indicadores de desempeño demuestran que se gasta más y mal, de manera ineficaz y poco transparente”, en materia de perspectiva de género, desarrollo integral de la familia, seguridad pública e impartición de justicia, educación superior y oportunidades para jóvenes, apoyo a adultos mayores, sistema de salud, pueblos indígenas, entre otros.
Además de eso, los de Morena consideraron que podían existir más irregularidades y así lo hicieron saber en voz de Karina Labastida, quien denunció que se realizaron pagos por más de 17 millones de pesos a 55 aviadores con recursos del fondo de aportaciones para los servicios de salud; también dijo que más de 44 empleados, que fueron dados de baja, recibieron un monto total por más de 6 millones de pesos.
La señora escucha los aplausos, pero no puede escuchar las palabras que dicen: “los indicadores de desempeño demuestran que se gasta más y mal, de manera ineficaz y poco transparente”, en materia de perspectiva de género, desarrollo integral de la familia, seguridad pública e impartición de justicia, educación superior y oportunidades para jóvenes, apoyo a adultos mayores, sistema de salud, pueblos indígenas, entre otros, temas todos que le interesan.
Ella tampoco puede ver que hay lugares vacíos en la parte de arriba de la sala, pero escucha los gritos de ¡Justicia!, ¡Justicia!, mientras el legislador Max Correa exige la renuncia la renuncia del auditor del Órgano Superior de Fiscalización del Estado, Fernando Valente Baz, por prestarse “a avalar los desvíos [y] ser tapadera de los informes”.
La señora ha visto entrar a una mujer con gran seguridad y presencia, no sabe que es la presidenta de la Mesa Directiva, Azucena Cisneros Coss, y tampoco puede escuchar lo que dice: “desde la izquierda señalamos y denunciamos el uso ilegal del presupuesto público del Estado de México para favorecer la campaña electoral del actual gobernador”.
La señora que vende no lo sabe y quizá no lo hará pero la corrupción, la mala o nula implementación de los recursos públicos ha sido redescubierta y se mira una posibilidad de llegar al fondo de todo el asunto, o al menos, quienes están adentro y gritan y enseñan cartulinas dicen que quieren convertirse en una fuerza que trabaje por y para el pueblo… y eso sí que debería importarle a la señora que vende dulces en la entrada y que mira entrar hombres de traje, zapatos lustrados y peinados impecables.
Síguenos