Sequía y tormentas: la responsabilidad humana en la crisis hídrica

Hasta el 15 de junio pasado, los 125 municipios presentaban algún grado de sequía
junio 26, 2024

La temporada de lluvias ha llegado y con ella la esperanza de volver a ver lagos, presas, ríos y todo cuerpo de agua a su capacidad total, sin embargo, lejos de ser alentador, el panorama actual refleja una dura realidad: tanto la sequía como los fuertes torrenciales tienen un comportamiento natural, pero también son producto de la inconsciencia del ser humano.

Para la doctora y profesora de la Facultad de Geografía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), Dolores Magaña, la responsabilidad de las condiciones actuales del clima es clara: la falta de conciencia ambiental de la mayoría de la población y las pocas o nulas acciones de los gobiernos en este ámbito.

En entrevista para AD Noticias, la investigadora explicó que el contexto hídrico actual ya no es como hace 20 años, cuando se creía que el ciclo del agua debía proveer ilimitadamente a la humanidad.

Hoy, en muchas zonas urbanas, no hay acceso ni disponibilidad de agua, y su calidad y pureza han disminuido, a pesar de que en el mundo «el agua no se crea ni se destruye, es la misma».

Cambio climático, un pretexto

La también coordinadora de la Licenciatura en Geología Ambiental y Recursos Hídricos expuso que la reciente sequía que se vive en todo el país, ha dejado estragos en el estado. Hasta el 15 de junio pasado, los 125 municipios presentaban algún grado de sequía.

Argumentó que gran parte de las condiciones climáticas actuales es resultado de los hábitos de las personas, y consideró una ofensa que haya quien aún lave su auto o la entrada de sus casas con agua de la llave, además de pasar mucho tiempo en la regadera, cuando la lógica indica que el agua debe cuidarse, reciclarse y captarse de la lluvia.

Por ello, consideró que el concepto de cambio climático le ha dado un pretexto a la gente para no asumir su responsabilidad en la crisis ambiental actual.

«El cambio climático le dio herramientas a las personas para decir ‘no es culpa mía, es culpa del cambio climático’, cosa que tampoco es cierta».

Para la investigadora, el contexto hídrico actual ya no es el que fue hace 20 años, cuando se creía que el ciclo del agua debía proveer ilimitadamente este recurso a la humanidad.

Hoy, en muchas zonas urbanas no hay acceso ni disponibilidad de agua, además de que su calidad y pureza han disminuido.

«El agua no se crea ni se destruye, es la misma. Estamos hablando de la calidad de esa agua y de la disponibilidad de esa agua. El agua que ahora ya no está en las presas está en otro lado; está en las nubes, en el Pacífico, o llovió en el Atlántico o en algún otro lugar, pero ya no está aquí ni está al alcance. Los mantos freáticos también están colapsando por esa falta de lluvia».

Finalmente, la experta subrayó que las lluvias que han iniciado con la tormenta tropical «Alberto» no son suficientes para recuperar los niveles óptimos del Sistema Cutzamala, ya que se necesitan varios meses de lluvia para lograrlo, además de evitar la deforestación a causa de construcciones en zonas boscosas, como ocurre en Valle de Bravo.

«Nuestro territorio ahorita es como una piel seca; te puedes poner crema, pero a la primera no vas a hidratar lo que se necesita. Sí, llegó una tormenta y que bueno que siga lloviendo, pero falta más agua».

Tras indicar que vivimos en un planeta con un sistema climático global que sigue sus propias normas, como los son los fenómenos de El Niño y La Niña, invitó a la gente a cambiar sus hábitos en el cuidado del agua y los recursos naturales, ya que, de no hacerlo, el pronóstico para los próximos años no es alentador.

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