Con la entrada de la Fase 3 de la epidemia de COVID-19 donde se prevé que se acumule un gran número de casos y hospitalizaciones, así como saturación de los servicios médicos, sale a relucir la crisis en infraestructura sanitaria que dejaron los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Muestra de ello son las 327 obras de unidades de salud abandonadas o suspendidas que contabilizó el Gobierno federal desde 2018.
Este lunes el Gobierno capitalino informó que el 34 por ciento de los 54 hospitales de la Zona Metropolitana del Valle de México que fueron asignados para atender casos de COVID-19 presentan ya una saturación.
En este sentido, el pasado 18 de febrero, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, dio a conocer que entre las obras inconclusas en 2018 están 110 hospitales, sin embargo, durante 2019 se concluyeron 18; otros 50 están en proceso de construcción y 42 obras están suspendidas.
Del total de obras suspendidas en 2018, 42 son hospitales y 107 centros de salud los cuales se encuentran distribuidos en 19 entidades federativas.
De acuerdo con el secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela, el abandono de dichas unidades de salud es de entre uno y 14 años, con un promedio de 6.1 años de descuido.
Hasta junio de 2019, la Secretaría de Salud detectó 306 obras inconclusas, entre hospitales, centros de salud y clínicas, de las cuales 180 estaban totalmente abandonadas. Las razones, mencionó, era por falta de financiamiento, falta de recursos humanos y equipamiento especializado.
En ese momento presentó un plan para hacer frente al problema, señalando que en el periodo 2019-2020 se planeaban terminar al menos 54 obras, con una inversión de ocho mil millones de pesos; de estos cinco mil 300 millones de pesos serían para infraestructura, mil millones de pesos para equipamiento y mil 25 millones para la plantilla laboral, así como 838 millones para asegurar su operación.
En este sentido, el presidente Andrés Manuel López Obrador reiteró en enero pasado que un hospital en términos generales requiere 500 millones para la infraestructura y otros 500 para operar al año.
De igual forma, el director general del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), Juan Antonio Ferrer Aguilar, mencionó que han recuperado 81 unidades de salud, pero reconoció que hay un déficit de 103 mil médicos, 70 mil especialistas y 250 mil enfermeras.
Por su parte la Secretaría de Salud detalló que, de las 72 obras terminadas en 2019, 18 son hospitales, 55 centros de salud, que se ubican en 16 estados.
Desde junio de 2019 una investigación periodística realizada por Notimex reveló que el sector salud presentaba un grave rezago en infraestructura con 328 hospitales y clínicas inconclusas, 132 de ellos en abandono total, en los que se habían invertido 25 mil millones 456 mil 454 pesos, entre 2005 y enero de 2019.
La Secretaría de Salud presentaba el mayor descuido de unidades, seguido por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Hoy en día estas carencias en infraestructura se resienten con la epidemia de COVID-19 en el país que ha entrado en Fase 3, la cual está caracterizada por brotes regionales y dispersión nacional de la enfermedad.
Las unidades hospitalarias suspendidas se encuentran en estados como Jalisco, Estado de México, Oaxaca, Baja California, Chihuahua, Ciudad de México, San Luis Potosí y Veracruz.
En Oaxaca el Hospital General Matías Romero Avendaño, en el municipio de Matías Romero, es un proyecto que considera 30 camas censables, ocho consultorios, un quirófano para cirugía general, un quirófano para gineco-obstetricia y una sala de expulsión, con una inversión de 45 millones de pesos, sin embargo, se encuentra suspendida la obra.
Lo mismo el Hospital General Reyes Etla cuya inversión es de 33 millones está suspendida la obra. Por su parte en Veracruz el Hospital Psiquiátrico Dr. Víctor M. Concha Vázquez que tenía un costo estimado de 208 millones 347 mil 200 pesos también está detenida la construcción.
La Clínica Hospital del del ISSSTE en Piedras Negras, Coahuila, quedó abandonada desde hace siete años cuando en que la anterior administración federal inició una obra de remodelación que hasta la fecha no ha sido entregada.
Actualmente la atención a los 18 mil derechohabientes de esta institución en la localidad ha sido canalizada a otros hospitales públicos donde se han registrado manifestaciones de trabajadores por presentar ahora una mayor carga de trabajo.