Héctor Javier Mercado Velasco tuvo su primer acercamiento con la lotería a los 8 años, cuando, por falta de dinero, tuvo que comenzar a vender “cachitos” que le daba su tío, quien atendía la agencia de la Lotería Nacional en Toluca, años después compró el puesto ubicado en el Mercado Morelos, local que hasta la fecha le da de comer a él y a su familia.
Ahora, debido a la contingencia por el COVID-19 sus ventas han disminuido drásticamente, desde el jueves no ha vendido nada, aún tiene 9 billetes de la rifa del avión presidencial y espera venderlos para poder llevar algo a su casa, los demás sorteos se aplazaron. A pesar del peligro Héctor sale todos los días a laborar para intentar cubrir sus necesidades económicas.
20 años han pasado desde que comenzó a vender billetes de lotería en su puesto, son muchas las dificultades que ha superado, pero nada como esto, con problemas de salud derivados de su alcoholismo, aunque lleva 14 años sobrio, Héctor se encuentra amenazado por la angustia que le provocan las bajas ventas, mejor dicho, las nulas ventas, y por un virus que ha dejado cerca de 70 mil muertos.
A Héctor se le va el tiempo platicando con los amigos que ha cosechado a través del tiempo, constantemente se aplica gel antibacterial que brindan los cadetes o el personal del mercado en los accesos, lee el periódico o cualquier cosa que tenga a la mano dentro de su puesto que no rebasa los 2 metros cuadrados, nada de tele o radio, pues no cuenta con luz eléctrica.
Aun sin ventas, a Héctor le gusta lucir bien, zapatos lustrados, una camisa impecable, un saco y sombrero “Aquí vendí el premio mayor hace 10 años… 5 millones” recuerda gustoso, él también es un jugador esporádico de la lotería, ¿su número de la suerte? 48… el año en el que nació.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud los adultos mayores corren el mayor riesgo ante el nuevo coronavirus, en el Estado de México 1.8 millones de personas pertenecen a este grupo vulnerable. En Toluca se estima que cerca del 10% (8.7% en 2015 de acuerdo a datos del INEGI) de su población se encuentra en este rango de edad.
Héctor como muchos mexicanos no cuentan con ningún tipo de seguridad social, a sus 72 años tiene que continuar trabajando de 9 a 16 horas para poder mantener a su familia, dice tomar las medidas necesarias, “gel antibacterial, lavado de manos, no saludar de mano, de beso, tomar la distancia, viviendo con precaución, yo creo que no pasa nada” y es que para Héctor las alternativas no sobran.
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