Parece imposible de imaginar, que el hábito y necesidad cotidianos de ir al baño, encierra el cumplimiento —o violación— de, al menos, 30 derechos humanos. Nadie pensaría que el baño, instalación que no falta en ninguno, hogar, oficina, institución pública o privada, centro de trabajo, parque, sitios de recreación y un interminable etcétera, puede poner sobre la mesa muchos temas para reflexionar.
Sobre ello nos pone a pensar el libro Yo, Tú, Él, ¡Todos! Tenemos derecho al uso del baño, del investigador Carlos Martínez Negrete, quien nos sorprende en cada línea al revelar que los baños públicos en México, en la manera como operan actualmente, violan derechos humanos, y la lista es larga.
Desde el hecho de que en muchos de ellos cobran para poder usarlos, pasando porque un gran número de estas instalaciones son escenarios de delitos sexuales, considerando que no cuentan con herramientas amigables para personas con discapacidad y no cumplen con las normas elementales de higiene ni son adecuados para la diversidad sexual. Ahí estamos hablando ya del derecho a la seguridad, a la salud, a la vida libre de violencia, a la vida digna, a la no discriminación, entre otros, explica en entrevista con AD Noticias.
Otro derecho importante que viola el cobro de baños públicos, es el del acceso a la información pública y transparencia. Prácticamente, los recursos que se generan por el uso del baño, son imposibles de rastrear. ¿A dónde va ese dinero? Un porcentaje relevante termina financiando campañas electorales o acciones para impulsar el capital político. Carlos Martínez explica que, en los ayuntamientos, la “concesión” del baño puede ser incluso una cuota para integrantes del cabildo.
Aunque muchas veces el tema del baño es anecdótico y se presta a «chuga» —el autor refiere que en ninguna rutina de comediantes y «estandoperos» falta un chiste sobre el baño—, el tema es serio, pues las personas hacen una inversión económica significativa en este rubro.
Día Mundial del Retrete
Tan importante es el baño en la vida cotidiana del mundo entero, que la Organización de las Naciones Unidas designó el 19 de noviembre, como el Día Mundial del Retrete.
El también activista de derechos humanos, subrayó que en los baños públicos no hay ningún control o medida que evite el desperdicio de agua, en tiempos en que el mundo padece una crisis hídrica que se acentúa cada día.
Al compartir que este libro nació primero como un documental que próximamente se presentará en el circuito de festivales de cine, Carlos Martínez Negrete espera incidir, ser generador de cambio y conciencia. Y lo va logrando, pues a partir de la lectura de su obra, las personas van al baño observantes de todo lo que significa su uso.
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