¿Quién administra el silencio en el Edomex?

No son escándalos aislados, sino condiciones estructurales que conviene no explicar demasiado. De eso tratan estas dudas.
diciembre 24, 2025

Escucha las Malditas Dudas aquí:

Hay silencios que no nacen del descuido, sino del diseño institucional. En el Estado de México, hechos aparentemente inconexos comparten una misma lógica: territorios que funcionan como refugio funcional, dinero que circula sin historia pública, símbolos religiosos activados como capital político, un Congreso atrapado en la lógica del siguiente cargo y un tribunal administrativo clave cuya disputa ocurre lejos del escrutinio. No son escándalos aislados, sino condiciones estructurales que conviene no explicar demasiado. De eso tratan estas dudas.


I · Huixquilucan como refugio

a) ¿Qué encuentran ciertos delincuentes en Huixquilucan que no encuentran en otros lugares del país?

Encuentran discreción operativa. El urbanismo cerrado, la alta renta y la vida encapsulada reducen la interacción con el espacio público y, por tanto, la exposición al escrutinio cotidiano. No se trata de que la ley no exista, sino de que la visibilidad se vuelve costosa. Para ciertos perfiles, ese bajo costo de exposición vale más que cualquier discurso de seguridad.

b) ¿Por qué Interlomas funciona como un ecosistema de invisibilidad?

Porque normaliza lo excepcional. Vehículos blindados, escoltas armados y controles de acceso forman parte del paisaje cotidiano. En ese entorno, lo que en otros territorios sería señal de alerta, aquí se vuelve parte del decorado. La anomalía deja de llamar la atención y el riesgo se diluye en la rutina.

c) ¿Qué papel juega la seguridad tecnificada y privada en esa elección territorial?

La combinación de seguridad pública tecnificada y seguridad privada premium genera un entorno de blindaje eficaz. Ese blindaje no solo protege contra el delito, también reduce la trazabilidad de movimientos frente al Estado. El territorio se vuelve atractivo para quien busca protección integral, incluso frente a la autoridad.

d) ¿Quién controla realmente el territorio en estos enclaves?

Más que la autoridad municipal, lo controlan los sistemas de acceso. Casetas, administraciones privadas y vigilancia tercerizada fragmentan la responsabilidad. Cuando ocurre un hecho grave, la rendición de cuentas se diluye entre lo público y lo privado. El resultado es control sin responsable claro.

e) ¿Por qué se evita nombrar abiertamente este fenómeno?

Porque reconocerlo afecta plusvalía, narrativa política y reputación institucional. Admitir que un territorio funciona como refugio contradice el discurso de éxito y seguridad. Así, el silencio deja de ser omisión y se convierte en política urbana deliberada.

II · Los 37 millones en efectivo

a) ¿Qué tipo de economía requiere mover 37 millones de pesos en efectivo?

Ninguna actividad legal ordinaria necesita operar fuera del sistema financiero con ese volumen. El uso masivo de efectivo responde a la necesidad de evadir controles, alertas y registros, no a eficiencia operativa. El dinero sin rastro no es accidente: es decisión estratégica.

b) ¿Por qué asumir el riesgo físico del traslado de efectivo?

Mover efectivo implica rutas definidas, tiempos precisos y esquemas de protección. Eso supone planeación previa y organización, no improvisación. El dinero no circula solo: alguien lo cuida, alguien lo escolta y alguien responde por él.

c) ¿Para quién era ese dinero?

Toda suma tiene destinatario y propósito. Si no se esclarece, el problema no es la falta de información, sino la renuncia institucional a reconstruir la ruta completa. No saber para quién era el dinero implica aceptar que hay intereses que no se quieren tocar.

d) ¿Qué revela el decomiso sobre lo que ocurrió antes?

El aseguramiento es un éxito táctico, pero también evidencia un fracaso estructural. Si fue detectado una vez, es razonable suponer que circuló antes sin obstáculos. El decomiso no cierra la historia: abre la pregunta sobre cuántas veces funcionó la ruta.

e) ¿Qué mensaje deja no explicar su origen ni su destino?

Que mover grandes cantidades de dinero ilegal sigue siendo rentable. Mientras la investigación se quede en el aseguramiento y no llegue al fondo, el costo real del delito seguirá siendo bajo.

III · La visita papal como capital político

a) ¿Por qué una visita papal importa incluso sin fecha confirmada?

Porque en política el símbolo opera antes del acontecimiento. La sola invitación activa expectativas, reordena discursos y coloca el tema en la agenda pública como si ya fuera un hecho. En ese lapso previo, el poder capitaliza la posibilidad, no la realidad.

b) ¿Qué se disputa realmente cuando se habla de una visita papal?

No se disputa la fe, se disputa la legitimidad moral. La cercanía con el Papa funciona como un aval simbólico en contextos de desgaste institucional. No cambia políticas públicas ni corrige errores de gobierno, pero reviste de autoridad ética a quien logra apropiarse del símbolo.

c) ¿Por qué el efecto es mayor en un año preelectoral?

Porque introduce un relato de unidad, reconciliación y paz que inhibe la crítica. Cuestionar decisiones de poder en ese contexto implica confrontar no solo al gobierno, sino al símbolo religioso. El costo político de disentir aumenta y el silencio se vuelve estrategia defensiva.

d) ¿Quién asume el costo material de ese símbolo?

El Estado. Seguridad, logística, infraestructura urbana, adecuaciones temporales y operación institucional implican gasto público real, aunque el beneficio sea intangible. La espiritualidad no factura, pero el aparato gubernamental, sí.

e) ¿Qué se promete sin decirlo explícitamente?

Se promete gobernabilidad moral. El mensaje implícito es que la política queda momentáneamente legitimada por el símbolo religioso, aun cuando los problemas estructurales permanezcan intactos.

IV · El Congreso y la política del siguiente cargo

a) ¿Cuántos diputados están legislando y cuántos están planeando su siguiente movimiento?

En la práctica, una parte significativa de la Legislatura opera con la mirada puesta fuera del Congreso. La curul se entiende como trampolín, no como destino. Esa lógica desplaza el trabajo legislativo y convierte el mandato representativo en etapa transitoria.

b) ¿Por qué la reelección dejó de ser un mecanismo de evaluación ciudadana?

Porque dejó de estar asociada al desempeño y se convirtió en herramienta de protección política. La reelección depende menos de resultados que de acuerdos partidistas y control territorial. El incentivo no es rendir cuentas, sino conservar posición.

c) ¿Por qué tantos legisladores miran hacia las alcaldías?

Porque el municipio ofrece poder inmediato: presupuesto, estructura administrativa, control territorial y visibilidad cotidiana. Frente a un Congreso diluido, la alcaldía representa capacidad de acción directa.

d) ¿Quiénes apuntan al gabinete estatal y por qué?

Quienes conciben la política como cadena de cargos. El paso por el Congreso se vuelve moneda de cambio para negociar una secretaría. En ese esquema, legislar bien importa menos que posicionarse mejor.

e) ¿Qué pierde el Congreso cuando domina esta lógica?

Pierde centralidad institucional, autoridad política y prestigio público. Cuando la mayoría está pensando en irse, el Congreso deja de ser contrapeso y se vuelve antesala de otros poderes.

V · El Tribunal Administrativo

a) ¿Por qué importa quién preside el Tribunal de Justicia Administrativa?

Porque la presidencia define ritmos, prioridades y qué expedientes avanzan, se congelan o se diluyen. No es un cargo decorativo: es un nodo real de poder.

b) ¿Existe una fuerza política dominante en el órgano?

Las trayectorias importan porque modelan lealtades. El origen político condiciona decisiones, incluso sin instrucciones explícitas.

c) ¿Puede haber combate a la corrupción sin autonomía real?

No. Sin independencia, la sanción se vuelve selectiva y la ley pierde credibilidad como instrumento correctivo.

d) ¿Qué ocurre cuando el tribunal pierde confianza pública?

La corrupción no desaparece, sino que se adapta, aprende a sortear tiempos, procesos y resoluciones.

e) ¿Quién vigila al vigilante?

Si nadie lo hace, el sistema no combate abusos: los administra y los normaliza.



En el Edomex, el problema no es que existan delitos, ambiciones o disputas. El problema es que callar resulta más rentable que explicar. Cuando el silencio se vuelve método, la duda deja de ser insolencia y se convierte en deber público. Porque un poder que no rinde cuentas no gobierna: se esconde.

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