Sin afán de alarmar: sequía a la vista

Sin afán de alarmar: sequía a la vista
La situación es grave.

La vida humana se pone en riesgo cuando no se respeta la salud del planeta. Y, cada vez hay más datos que confirman las adversidades por venir. Toca el tiempo de informar (estamos finalizando 2023) que, a partir del próximo año, tendremos una escasez de agua como nunca antes. La situación es grave. No hay un afán de alarmar, sino de ofrecer los datos disponibles para entender que estamos entrando a una etapa distinta, en la que nuestros criterios para el uso de agua deben cambiar.

Recuerdo muy bien que hace ocho años, cuando comenzaba a colaborar en este medio, escribí sobre la crisis hídrica y pregunté ¿qué tanto sabemos de ella? Era una interrogante que apuntaba a inquietar, a que se tratara el tema, a que lo incorporáramos a la agenda de cara al futuro.

Para aquellos años ya había un cúmulo de estudios, tanto oficiales como no gubernamentales, que nos ubicaban (a las zonas metropolitanas de Toluca y de la Ciudad de México) en la ruta de crisis al cabo de una década. Es decir, se advertía que, si se continuaba por la ruta que avanzábamos, era cuestión de unos cuantos años para entrar en una etapa en la que hasta un 40% de la población padecería por falta de acceso a fuentes confiables de suministro de agua para consumo humano, ya no digamos para otras actividades, como las domésticas o de higiene.

Toluca y la Ciudad de México están dentro de las urbes con mayor estrés hídrico en el continente. Los datos más recientes indican que el nivel conjunto de almacenamiento del Sistema Cutzamala (principal fuente de abastecimiento de agua para nosotros) se ha reducido a consecuencia de años consecutivos de menor lluvia y creciente demanda del líquido. Hace dos semanas dicho sistema (integrado por las presas El Bosque −ubicada en Michoacán−, Valle de Bravo y Villa Victoria), tenía un almacenamiento de 309.99 millones de metros cúbicos. Tal cantidad representa un 39.6% de la capacidad total del Sistema. Es, sencillamente, el nivel más bajo en toda la historia de su existencia.

Tenemos, pues, una conjugación de factores que hacen de nuestra situación un tema delicado: ha creído la población, la demanda de agua se ha incrementado no solo para uso domiciliario sino para fines productivos y de servicios, pero ha caído menos lluvia y la deforestación creciente impide el reabastecido los mantos freáticos.

Imagine usted que en su casa tiene una cisterna, que hace 10 años, cuando en su familia eran 5 personas, tenían un carro y un perro, siempre estaba llena y llegaba el agua varias veces por semana. Hoy esa cisterna está abajo de la mitad, en su casa ya viven 8 personas, hay dos carros, un perro y dos gatos, además de que abrió un negocio ahí mismo. Le anuncian que va a llegar el agua una vez a la quincena y solo durante unas horas. ¿Le alcanzará?

Más o menos así estamos y, por ello, desde el pasado martes la Comisión Nacional del Agua (Conagua) anunció que reducirá en 1 metro cúbico por segundo (m3/s) el suministro de a gua a través del Sistema Cuztamala, con lo que pasa de 13.2 m3/s a 12.2 m3/s. Esto se suma a varios años en que se han llevado a cabo reducciones programadas en las entregas de agua y que es la razón por la cual no llega a todas las colonias todo el tiempo.

Así que desde ahora se va a recibir menos cantidad del líquido en la Ciudad de México, pero también aquí. Al mismo tiempo se está viendo la posibilidad de perforar nuevos pozos o buscar otras fuentes de abastecimiento. Eso último no solo lleva tiempo sino que es una solución inmediata, no de largo plazo. Así que, debe quedar muy claro, estamos entrando a una etapa en la que el uso del agua debe ser distinto. Los criterios de racionamiento, ahorro y establecimiento de prioridades debe empezar desde casa y extenderse a nivel público, industrial y comercial.

Hace apenas unos meses nos enterábamos -a la distancia- sobre los problemas por falta de agua en la Zona Metropolitana de Monterrey. Vimos a la gente esperar y hasta pelear por una pipa que abasteciera. Quizá nos parecía lejano, pero hoy esta escasez ha tocado a nuestra puerta.