Toluca, México; 26 de mayo de 2018. Los votantes son inherentemente irracionales, dice un estudio publicado por la revista Psychology Today, dado que sus acciones están delimitadas por emociones, no por hechos. Estas emociones los colocan en un otero parcial que en ocasiones puede conducirlos a tomar malas decisiones en materia de partidismo político y, en consecuencia, en la elección de representantes. Sin embargo, la irracionalidad no está limitada a las decisiones electorales, de acuerdo con los investigadores Amos Tversky y Daniel Kahneman de la Universidad de Jerusalem.
Según los estudios publicados, es cierto que la investigación en psicología, neurociencia cognitiva y economía conductual muestra que como seres humanos cometemos una serie de errores de pensamiento que pueden hacer que tomemos decisiones absurdas. Se demuestra, por ejemplo, que tendemos a pensar en nosotros mismos como individuos racionales que formamos nuestras opiniones basadas en hechos lógicos; pero, en realidad, son nuestras emociones las que desempeñan un papel mucho más importante de la que creemos.
Es de este modo que se ha descubierto que políticos hábiles en psicología de la persuasión pueden aprovecharse de estos tropiezos cognitivos para manipular a los posibles votantes. A menos de que se esté prestando atención, es muy probable que los individuos se vean influenciados por estas apelaciones a los patrones defectuosos de sentimiento y pensamiento, por lo que la toma de decisiones políticas se vuelve tendenciosa.
Un estudio reciente ha demostrado que podemos entrenarnos para ser menos tendenciosos y más racionales, incluso en nuestra votación. Hacerlo, sin embargo, requiere algo de trabajo para alejarse de los errores de pensamiento intuitivo. Por ejemplo, muchas personas tienden a votar por un candidato por intuición sobre si “se ve presidencial” entre otros factores de "simpatía". Esto se conoce como el famoso "¿con quién preferirías tomarte una cerveza?", una pregunta que comúnmente se prueba en las encuestas. Sin embargo, los candidatos son bastante estratégicos y, al igual que como sucede en las entrevistas de trabajo, intentan administrar la imagen que proyectan a los votantes de lo "simpáticos" que son.
La investigación muestra que el individuo tiene a poseer demasiada confianza en sus evaluaciones políticas cuando va con sus instintos, razón por la que se debe prestar especial atención en los hechos cuando se evalúan personalidades de candidatos, como los verificadores de información. De este modo, y dado que en la actualidad el país está inmerso en un período electoral crítico, es necesario evaluar los datos de forma objetiva, echando mano de las voces experimentadas en los medios de comunicación legítimos para medir cuál de los contendientes será el más efectivo para gobernar e implementar sus políticas.
Este simple proceso, paso a paso, es sugerido como auxiliar en la toma de decisiones al momento de salir a votar y tomar decisiones auténticamente racionales, que alinean valores y emociones con pensamientos y acciones.
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