La sororidad no tiene antónimo. Lo que sucede entre las mujeres que compiten por la rectoría de la UAEMéx bien podría inspirar la construcción de esa nueva palabra.
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Las reglas del juego
Todas las candidatas aceptaron las reglas. Nadie las engañó. Conocen de sobra los procesos de la UAEMéx, se han beneficiado de ellos y jamás antes los cuestionaron. Ahora, con la elección en puerta, se dicen sorprendidas. ¿El sistema es perfectible? Sin duda. Pero los cambios se proponen en tiempo y forma, no cuando la contienda ya está en marcha.
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Intereses al acecho
La política y el dinero acechan la elección universitaria. En lugar de fracturarse, las candidatas deberían cerrar filas para impedirlo. La prioridad debería ser la academia, la excelencia y el acceso universal y gratuito a la educación. Pero, por lo visto, hay otras agendas en juego.
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Golpe político, no jurídico
La carta conjunta contra una de las aspirantes no fue un acto jurídico, sino mediático y político. Y en política, quien acusa debe probar. Ahora que tienen la atención pública, deberían llevar sus señalamientos a los cauces institucionales y legales que dicta la normatividad universitaria.
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La caja negra del Consejo
El Consejo Universitario es una caja negra. Nadie sabe exactamente quiénes lo integran ni cuáles son sus trayectorias. Transparentarlo ayudaría a legitimar el proceso: que sus nombres y fichas curriculares sean públicos, que la sesión de votación se abra a la comunidad. Hoy no es posible, pero debería ser una exigencia impostergable.
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Las fuerzas en las sombras
No nos engañemos: hay fuerzas operando en las sombras. Más allá de las estructuras formales, hay intereses que buscan influir. Lo que está en juego no es solo una rectoría, sino una transición de régimen. Y el reto es que lo que venga sea mejor que lo que se va, no un retroceso.
Escúchenlas y opinen
Para conocer mejor a las candidatas, nada mejor que verlas y escucharlas. El ejercicio FOCUS de AD ofrece esa oportunidad. Úsenla. Y sobre todo, opinen.

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