Grupo Televisa funcionó durante los últimos 36 años como aparato propagandístico del régimen priista en el Estado de México. A cambio, obtuvo cantidades obscenas de dinero del presupuesto público y mucha influencia. Los ejecutivos de la empresa y los conductores de sus noticiarios eran temidos y venerados por la clase política local. El peñato fue su cúspide. Hoy, que le han cerrado la llave de los recursos públicos, sucumbe. Ese es el contexto con el que debe explicarse el cierre de su televisora regional.
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El cierre de Televisa Estado de México fue por razones económicas, no políticas. Dejó de ser rentable con la pérdida de contratos del Gobierno estatal y algunos ayuntamientos. Todavía el año anterior pudo facturar más de 150 millones de pesos, pero fueron los últimos. Para Televisa su canal local era un negocio, solo eso.
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López Dóriga, Brozo, Loret, Adela Micha, entre otros, también cobraban millones y millones de pesos a título personal y de empresas de su propiedad. Los registros son públicos y están allí para quien quiera consultarlos. No solo recibían mucho dinero a través de la Coordinación de Comunicación Social, también muchos favores y tratos especiales. Gracias a esa relación con el poder, los conductores pudieron hacerse de departamentos de lujo y casas de descanso en Huixquilucan, Valle de Bravo e Ixtapan de la Sal.
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La ley del granjero sentencia que cuando ves a un ave palmípeda que tiene pico de pato, patas de pato, plumas de pato, camina como pato y grazna como pato…, tienes derecho a decir que ¡es un pato! Bueno, todo indica que el prestidigitador Loret tiene una “garganta profunda” en la Fiscalía de Justicia del Estado de México. Es así como Latinus se entera antes que nadie, sin tener un solo reportero, de lo que allí sucede. El fiscal José Luis Cervantes debería empezar a buscar por el área de Comunicación Social.
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Si no han visto ni escuchado el podcast del Conversatorio AD con Fernando Flores, háganlo. El popular alcalde de Metepec se sincera y revela detalles de su intimidad política, pero también empresarial. Allí cuenta del momento más difícil que ha tenido hasta ahora. Vale la pena.