El Toluca FC está a punto de cumplir 15 años sin ser campeón. Su último trofeo de liga fue, de hecho, la edición conmemorativa del Bicentenario de la Independencia en 2010. La realidad política era muy diferente a la actual: el Movimiento de Regeneración Nacional aún no existía como partido, el PRD estaba dividido y la guerra contra el narco cobraba miles de vidas.
En aquel 2010, el Toluca llegó a la liguilla en tercer lugar con 30 puntos, seis menos que el líder general. En el camino a la gran final, derrotó al América en cuartos, al Pachuca en semifinales y al Santos en una dramática final definida en una agónica tanda de penales.
Aquel equipo estaba comandado por Héctor Mancilla, quien terminó con 8 goles. Los dirigidos por José Manuel de la Torre contaban con jugadores no muy renombrados, pero altamente confiables, entre ellos Manuel Cruzalta, Diego Novaretti, Edgar Dueñas, Martín Romagnoli, Carlos Esquivel y un histórico: Antonio Naelson Sinha.
Ese equipo consiguió su décimo trofeo y se mantuvo en la cima del torneo, igualando al América con 10 campeonatos cada uno, compartiendo el segundo lugar, solo por debajo de Chivas. Toluca disfrutó las mieles del Olimpo de la Liga MX.
Lo que pasaba en México
Al mismo tiempo, la política priista mexiquense se reorganizaba. Después de la derrota del 2000, cuando el PAN arrebató al tricolor la presidencia de la República y alcaldías importantes del Estado de México, como Toluca, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recuperaba terreno.
A nivel municipal, después de tres periodos panistas —encabezados por Juan Carlos Núñez Armas, Armando Enríquez y Juan Rodolfo Sánchez Gómez—, María Elena Barrera Tapia recuperó para el PRI la capital del Estado de México. Durante su gobierno, se realizaron obras en concordancia con el gobierno estatal.
En 2010, Enrique Peña Nieto se encontraba en su penúltimo año como gobernador y aumentó sus apariciones mediáticas, lo que se interpretó como una «precampaña» rumbo al 2012, cuando, bajo las siglas del PRI, contendió por la presidencia de la República y derrotó al candidato Andrés Manuel López Obrador.
En el país, en su cuarto año como presidente, Felipe Calderón centraba su administración en la guerra contra el narcotráfico, iniciada en 2006. La estrategia, que involucraba al Ejército y a la Policía Federal, generó un aumento en la violencia, con más de 15,000 homicidios relacionados con el crimen organizado en 2010, el año más violento hasta entonces. Ese año ocurrió la masacre de San Fernando, en Tamaulipas. Mientras tanto, López Obrador recorría el país con su proyecto de nación.
Calderón sumó 16 millones de personas a la pobreza por ingresos
Durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006–2012), 15.9 millones de personas más en México cayeron en situación de pobreza medida por ingresos, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Esta cifra representa un retroceso significativo, pues la población en pobreza pasó de 45.5 millones a 61.4 millones, es decir, más de la mitad del país (52.3%).
Se revirtió una década de avances
Hasta 2008, la pobreza se medía únicamente por el ingreso de las personas. En ese periodo, México había experimentado una disminución constante en los indicadores de pobreza: la patrimonial, por ejemplo, bajó de 63.7% en 1998 a 42.7% en 2006. Sin embargo, el sexenio calderonista revirtió esa tendencia.
En tan solo seis años, México perdió lo que había avanzado en ocho. En 2012, 61.4 millones de personas vivían en pobreza patrimonial, más de 2.9 millones respecto a 2010.
Subió el salario mínimo, pero no alcanzó
Durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa (2006–2012), el salario mínimo en México pasó de 48.67 a 62.33 pesos diarios, lo que representa un incremento del 28%. A pesar del aumento, no fue suficiente para cubrir las necesidades básicas de los trabajadores, de acuerdo con especialistas de la época.
El ajuste ocurrió en medio de un contexto económico adverso: la crisis financiera global de 2008, que provocó efectos severos en la economía mexicana, con caída del empleo formal y freno en el crecimiento del PIB.
Así, el Toluca FC vivió sus últimos momentos de gloria mientras en el país se desarrollaban importantes cambios políticos y de seguridad.
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