En el Toluca se vivió una semana tensa, los pobres resultados en el torneo, que lo colocaron en el lugar 17 de la tabla, la presión en redes sociales y la separación del club del presidente deportivo Jaime León evidenciaron la crisis que vive el equipo.
La entrada fue regular, revendedores ofrecíeron boletos a menor precio que el ofertado en taquilla. En las calles aledañas al estadio no se vivió el ambiente de otros partidos. Adentro las cosas fueron distintas. Los grupos de animación como La Banda del Rojo, La Perra Brava y Los Hijos del Aver… no llenaron de color las tribunas con banderas, bombas de humo y trapos -banderas horizontales colocadas en las rejas.
Toluca arrancó el partido con varias jugadas al frente. Se notaba cierta desesperación, sobre todo en los primeros minutos, por anotar. El primero llegó con el autogol del jugador de Tijuana Diego Luis Braghieri. Después del gol, la intensidad del ataque bajó, pero alcanzó para que Toluca se fuera al descanso con la ventaja mínima.
En el segundo tiempo la afición protestó. Detrás de la portería que defendió Gibran Lajud se vieron flechas blancas que apuntaron a la portería en clara ironía a la falta de gol de los escarlatas. La afición protestó cantando “Jugadores, no sean mercenarios, jueguen por esta gente que paga su salario”. Minutos después, al 76, Alexis Canelos, quien había sido abucheado, anotó el segundo.
Toluca respira, pero le falta mucho camino aún. En el siguiente partido visita al Necaxa a media semana buscando seguir sumando y salir de esta crisis.
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