La administración de Donald Trump se prepara para designar a seis cárteles mexicanos como grupos terroristas, un movimiento que podría intensificar la intervención de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico en México; entre los grupos en la lista están el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), La Familia Michoacana, Cárteles Unidos, el Cártel del Noreste y el Cártel del Golfo, según informó The New York Times.
Contexto
El decreto firmado por Trump el pasado 20 de enero busca elevar el narcotráfico a la categoría de amenaza de seguridad nacional y dar más margen de acción a agencias como la DEA y el Pentágono para operar contra estas organizaciones. Aunque el anuncio oficial no se ha hecho, fuentes citadas por el diario estadounidense afirman que es cuestión de días.
El Gobierno de México ha mostrado preocupación ante esta medida, pues podría derivar en operativos unilaterales de Estados Unidos en territorio mexicano, una situación que ya ha sido motivo de tensiones en el pasado.
Lo que implica la designación
Ser considerados grupos terroristas permitiría a EE.UU.:
- Aplicar sanciones económicas más agresivas.
- Extender su capacidad para realizar operaciones encubiertas y militares.
- Perseguir con mayor rigor a personas y empresas que colaboren con estos grupos.
El decreto también menciona a La Mara Salvatrucha de El Salvador y el Tren de Aragua de Venezuela, lo que indica que la administración Trump busca expandir su enfoque de «guerra contra el terror» al crimen organizado en toda la región.
El dilema de Washington
Expertos cuestionan si esta estrategia será efectiva. La designación de grupos terroristas en otros países, como Colombia, no ha frenado la violencia ni la actividad del narcotráfico. Además, la fragmentación de estos grupos podría dificultar la aplicación de sanciones.
«Veo muchos sesgos en estas designaciones, dejaron fuera muchas organizaciones extremadamente violentas», señaló el analista de seguridad David Saucedo a El País.
El caso de La Familia Michoacana
Esta organización mantiene una fuerte presencia en el Estado de México, Guerrero y Michoacán, donde ha diversificado sus actividades criminales más allá del narcotráfico, como la extorsión y el cobro de «derecho de piso». AD Noticias ha documentado el impacto de este cártel en el sur del Edomex, donde la población ha sido víctima de secuestros, amenazas y ataques violentos.
El análisis de la estrategia de Washington y sus posibles repercusiones en México sigue en desarrollo. Lo que es claro es que la designación de estos grupos como terroristas podría marcar un nuevo punto de tensión en la relación bilateral.
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