En un reciente conversatorio, Mario García Huicochea entrevistó a Victorino Barrios, contralor de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), para conversar temas relacionados con la transparencia y la rendición de cuentas dentro de la institución.
Barrios está en el ojo público por su compromiso con la integridad y la fiscalización de los recursos universitarios. Destacó la importancia de la colaboración entre los diferentes actores políticos y la sociedad para combatir la corrupción. En particular, señaló la necesidad de una mayor cooperación por parte de los diputados en la legislatura estatal para avanzar en medidas anticorrupción.
Al cuestionársele sobre la cooperación entre diputados dijo: «Bueno, no he recibido ninguna respuesta aún (de diputados). Estoy en espera, pero voy a insistir. Voy a insistir porque es muy importante» afirmó Victorino Barios.
Del mismo modo, dijo que el consejo universitario puede hacer oídos sordos, pero la sociedad no. Enfatizó que «cualquier universitario con cierto grado de integridad debería estar dispuesto a que se audite y se revise eso», afirmó Victorino Barrios.
Auditoria exhaustiva en fondos universitarios
Durante la entrevista, Barrios abordó temas específicos relacionados con la gestión financiera de la UAEMex, incluyendo la necesidad de una auditoría exhaustiva de los seis mil millones de pesos en fondos universitarios. También discutió los desafíos que enfrenta su equipo de auditoría, compuesto por un reducido número de personas frente a la vasta magnitud de las operaciones financieras de la universidad.
El contralor también compartió detalles sobre resistencias internas que enfrentó en su intento por implementar medidas anticorrupción. Describió casos de exrectores y otros funcionarios que se resisten a la transparencia y la rendición de cuentas, así como prácticas fraudulentas que han sido detectadas y sancionadas bajo su mandato.

«Hay un plan astuto detrás de todo esto. Te acordarás de que cuando entré, ese mismo día crearon un alboroto. Pretendieron que Dirección General de Evaluación de la Gestión Universitaria reemplazara mis actividades internas. Al principio, envié un oficio diciendo que durante las vacaciones los vehículos universitarios debían permanecer en los estacionamientos y que yo podría verificarlos. ¡Oh, causó un gran revuelo! Entonces, esa dependencia envió otro oficio diciendo que los vehículos de la universidad podrían salir siempre y cuando nos avisaran a nosotros, me respondieron. Ahora, las cosas han ido cambiando. ¿Ha habido resistencias?, por supuesto. Llegamos a un punto donde la corrupción era el pan de cada día».
¿Y la estafa maestra?
Uno de los puntos destacados de la conversación fue la discusión sobre la llamada «estafa maestra», un presunto esquema de desvío de fondos que ha sido objeto de controversia en la universidad. Barrios reconoció la existencia de desvíos de fondos, pero señaló que la verdadera magnitud y naturaleza de la trama aún están en debate.
«No nos importa si el daño es grande o pequeño, o si la persona es influyente o humilde. Vamos a abordar la situación, sin importar quién sea o de qué tamaño sea».
El contralor concluyó enfatizando el compromiso de su equipo con la rendición de cuentas y la justicia, independientemente del tamaño o la influencia de los implicados. Su postura fue respaldada por el historial de sanciones a altos funcionarios universitarios, incluidos exrectores y secretarios, por prácticas corruptas como el no pago de impuestos y el mal manejo de fondos.
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