Víctimas de trata de personas cuentan su historia

Alma Juliana y su prima Karla, aún recuerdan los minutos antes de que cayera la noche, hace cinco años, cuando se persignaban y pedían por aguantar una jornada más hasta poder escapar del lugar donde estaban recluidas y eran obligadas a prostituirse. Ambas, oriundas del Estado de México, ahora con 18 años de edad cumplidos, […]

Alma Juliana y su prima Karla, aún recuerdan los minutos antes de que cayera la noche, hace cinco años, cuando se persignaban y pedían por aguantar una jornada más hasta poder escapar del lugar donde estaban recluidas y eran obligadas a prostituirse.

Ambas, oriundas del Estado de México, ahora con 18 años de edad cumplidos, fueron víctimas de la trata de personas, tras ser raptadas en una carretera mientras esperaban su autobús, y llevadas hasta el estado de Puebla, donde permanecieron hasta que pudieron ser rescatadas.

«Yo no recuerdo si fueron años, o meses, no veía pasar el tiempo; es muy difícil olvidarlo, yo lo que hacía mejor era drogarme», relató Karla.

Según recuerdan las jóvenes fueron raptadas mientras esperaban su autobús en una parada de carretera, y que por su seguridad prefirieron no precisar el Municipio.

«Es muy fácil ser víctima de ese delito, conocimos muchachas incluso más chicas, que las sacaron de su casa, a una de su escuela, y a nosotros de una carretera», explicó Alma Juliana quien con su prima fueron de las jóvenes ayudadas por la organización Unidos Contra la Trata.

Con el temor que les dejó su amarga experiencia, Karla y Alma Juliana, cortan sus palabras y se limitan a contestar de forma general, sin embargo lo que si comparten, es que sobrevivieron por su familia, pues las amenazas iban dirigidas a hacerles daño.

«Yo nunca perdí la esperanza de regresar a mi casa, aunque fue difícil, porque me mostraban fotos de mi familia de mis hermanos de mis papás y me decían que si no hacia lo que me pedían les harían daño», recordó Karla.

Las jóvenes regresaron con su familia para intentar continuar con su vida, Karla dijo que sus dos bebés ahora son su motor para olvidar lo ocurrido y en lo posible ayudar con su historia a otras niñas y adolescentes que están en la misma situación.