Vive Latino, escaparate para el ska

La primera edición del Festival Vive Latino, celebrada en 1998, no sólo fue un espacio para que el público disfrutara de bandas consagradas como Molotov o Café Tacvba, sino que también se convirtió en la tarjeta de presentación de muchas otras que comenzaban su andar, como Salón Victoria. Precisamente esta banda, una de las nuevas […]

La primera edición del Festival Vive Latino, celebrada en 1998, no sólo fue un espacio para que el público disfrutara de bandas consagradas como Molotov o Café Tacvba, sino que también se convirtió en la tarjeta de presentación de muchas otras que comenzaban su andar, como Salón Victoria.

Precisamente esta banda, una de las nuevas propuestas de la escena del ska nacional, encontró en el Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino una oportunidad de crecimiento y el escaparate ideal para consolidar su propuesta.

"Cuando nos invitaron sentimos una enorme alegría, ya que también se convocó a un montón de bandas con las que fuimos saliendo o empezábamos nuestra carrera, estaba Sekta Core, Los Esquizitos, y obviamente, los grandes de ahora y desde entonces, Café Tacvba y Molotov, era un festival bien chido (sic)", comentó Cheko Mendoza (guitarra y teclados).

Salón Victoria llegó al encuentro musical con su primer disco "Locos & rucas in retro", que incluyó himnos como "Sol de medianoche" y "La noche estaba puesta", que aseguraron a la agrupación un slam masivo integrado por los miles de jóvenes que asistieron esa noche.

"El Vive siempre nos ha tratado muy bien, esa vez tocamos como a las cuatro de la tarde y hubo un gran bailongo ahí. Aparte que la gente disfrutaba de la efervescencia.

"Ahora, las nuevas generaciones ven como normal asistir año tras año al festival, a lo mejor muchos chavos cuando empezaron a conocer y a escuchar bandas de rock ya habían creado el Vive Latino, pero en aquel entonces era la primera vez que se reunió a tantas agrupaciones", subrayó Mendoza.

El encuentro musical dividió en dos días la fiesta, el 28 y 29 de noviembre, fechas en las que se dieron cita exponentes como El Tri, Miguel Ríos, Control Machete, Ely Guerra, Julieta Venegas, El Gran Silencio, Aterciopelados, La Lupita, Los Tres y otra veintena más.

En parte se nos invitó, recordó el guitarrista, gracias a la compañía disquera Opción Sónica, una empresa independiente que tenía en su catálogo los discos de Lost Acapulco, La Matatena, Los Esquizitos, Riesgo de Contagio, Julio Revueltas y El Clan, entre otros.

"Esta compañía estaba sacando a estos artistas y parte de la invitación fue por parte de la disquera. No sabemos cómo fue el proceso de selección, pero sí fue una gran noticia, desde el principio el Vive apuntaba para ser un festival muy grande", acotó el guitarrista.

Desde aquel entonces, Salón Victoria estaba seguro de que el encuentro tendría más ediciones, pues desde el primer momento había disposición y sobre todo, mucha música en búsqueda de oportunidades de ser escuchada.

"Siempre pensé que iba a ser un festival que se iba a realizar año con año, aunque me acuerdo que por ahí hubo una o dos fechas que no lo organizaron, quizás por razones que no tienen que ver con la música, pero en México hay una gran oferta de bandas, continuamente surgen nuevas expresiones que van creando sus espacios; pero el Vive pintaba para un gran festival que iba a crecer año con año y así ha sido".

Este 2014, el Festival Vive Latino cumple 15 ediciones y llega con algunas modificaciones, al incluir géneros musicales que parecieran ajenos al rock, como la cumbia y el regional mexicano, con la llegada de Los Tigres del Norte.