¿Y nuestra ley contra el sobrepeso?

En el marco de la pandemia de Covid-19, ya en distintas partes del mundo se han tomado medidas urgentes para tratar de corregir estos hábitos alimenticios

Hace más de cuatro años, en febrero de 2016, el Congreso Mexiquense aprobó la Ley para la Prevención, Tratamiento y Combate del Sobrepeso, la Obesidad y los Trastornos Alimentarios del Estado de México y sus Municipios. En aquel momento, en este mismo espacio, comentamos lo siguiente: “las leyes no resuelven los problemas, sólo aspiran a generar las condiciones institucionales para gestionar las soluciones, y no en todos los casos lo consiguen”. El gravísimo problema de salud pública que ha representado la pandemia por Covid-19 en México y el mundo nos ha recordado el gran pendiente que tenemos respecto al deterioro de las condiciones físicas entre los integrantes de nuestra sociedad, lo cual nos coloca en mayor vulnerabilidad ante enfermedades de todo tipo.

La mencionada Ley, vigente desde el sexenio anterior en territorio mexiquense, diagnostica como problema social el sobrepeso y la obesidad, así como los trastornos alimentarios. Básicamente lo considera “un reto a la salud pública, dados los altos costos derivados del tratamiento de enfermedades relacionadas con la mala alimentación”.

Hay que subrayarlo, el instrumento jurídico para que la autoridad comenzara a enfrentar seriamente el problema del sobrepeso y la obesidad fue aprobado cuatro años antes de la emergencia del coronavirus SARS-CoV-2, que entre la población del Estado de México ya ha provocado más de 7 mil defunciones, la mayoría de ellas asociadas a comorbilidades como la hipertensión, la diabetes y el sobrepeso.


Hoy deberían estar mucho más activos promoviendo y recomendando medias para comenzar a remediar los problemas que deja la mala alimentación


Tras estos saldos, que nos han arrojado a la cara el problema no resuelto del exceso de calorías en nuestro consumo energético habitual, vale la pena preguntarse ¿Y qué ha pasado con nuestra ley contra el sobrepeso? La misma ordena crear el Consejo para la Prevención, Tratamiento y Combate al Sobrepeso, Obesidad y Trastornos Alimentarios del Estado de México, además de instruir a los Ayuntamientos a crear sus propios Comités para el mismo fin. Tanto el primero como los segundos estarían integrados por los titulares del Poder Ejecutivo y de las dependencias encargadas de carteras como Salud, Educación, Desarrollo Social, Deporte y Juventud, entre otros, invitando a algunas personas de la sociedad civil. ¿Por qué no tenemos noticias importantes de estos órganos consultivos? ¿Por qué no sabemos siquiera si han sido instalados todos ellos y sesionan habitualmente? ¿A qué se debe que no hagan pronunciamientos trascendentes para orientar los urgentes esfuerzos para tener una población más saludable?

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Estas y otras preguntas se vuelven centrales hoy por la pandemia de Covid-19, pero son esenciales de cara a los retos de salud en el futuro. La Ley en comento ordena, por ejemplo, que El Secretario de Salud, en su calidad de presidente del Consejo para la Prevención, Tratamiento y Combate al Sobrepeso, Obesidad y Trastornos Alimentarios del Estado de México, debe convocar al menos dos veces al año para sesionar (y de manera extraordinaria las veces que sea necesario). Creo que hoy deberían estar mucho más activos promoviendo y recomendando medias para comenzar a remediar los problemas que deja la mala alimentación.


Los alimentos son también elementos simbólico-significativos. Es decir, cuando se habla de lo que la gente come y toma, no sólo se deben ver las cantidades, la combinación de ingredientes y los horarios de consumo, sino las ideas que la gente produce en torno a los alimentos


En el marco de la pandemia de Covid-19, ya en distintas partes del mundo se han tomado medidas urgentes para tratar de corregir estos hábitos alimenticios, llegando a prohibir la venta y/o publicidad de algunos productos, como las bebidas azucaradas y la llamada “comida chatarra”. La Ley en comento dice claramente, en su artículo 5, que “el Consejo Estatal será la instancia colegiada permanente de diseño, consulta, evaluación y coordinación de las estrategias y programas en materia de prevención, atención y disminución del sobrepeso, obesidad y trastornos alimentarios en el Estado de México y municipios”. Creo que ya es tiempo de que se manifieste, de que se pronuncia con firmeza para orientar las acciones preventivas que, sin mayor dilación, deben adoptarse en la entidad.

La propia Organización Mundial de la Salud lo ha dicho: la mejor de las acciones para mejorar el sistema de salud es la prevención. A través de ese conducto hay que poner freno a la pandemia de obesidad, que agravó los casos por la emergente pandemia de coronavirus.

Lo escribimos hace cuatro años y lo volvemos a señalar: el desbalance en el consumo de calorías no puede atribuirse sólo a que los refrescos, el pan y las cosas fritas estén a la venta en todos lados. Los alimentos, aparte de ser productos químicos, son también elementos simbólico-significativos. Es decir, cuando se habla de lo que la gente come y toma, no sólo se deben ver las cantidades, la combinación de ingredientes y los horarios de consumo, sino las ideas que la gente produce en torno a los alimentos: lo que es “rico”, lo que es “bueno”, lo que es “importante”, lo que es un “lujo”, etc. La mentalidad en las sociedades cambia muy lentamente; y mientras leyes van y vienen, la gente se sigue rigiendo por costumbres. Dado que estas últimas son las que cuesta más trabajo y tiempo modificar, urge comenzar ya con políticas públicas eficaces.