El posible aumento del pasaje en el Valle de Toluca mantiene en suspenso a miles de usuarios del transporte público. La resolución definitiva deberá emitirse a más tardar el 15 de octubre, fecha límite establecida tras la última sesión extraordinaria con el Instituto del Transporte, celebrada el pasado 6 de octubre.
De aprobarse, la tarifa mínima pasaría de 12 a 16 pesos, un incremento de 4 pesos que, según los transportistas, responde a un “rescate financiero”, pero que para los usuarios representa un golpe directo a su economía cotidiana.
“Entendemos que podría definirse este fin de semana o la próxima semana, porque ya mostramos una desesperación muy natural como transportistas”, declaró Odilón López Nava, delegado de la Cámara Nacional del Autotransporte de Pasaje y Turismo (Canapat). El empresario pidió a la ciudadanía estar atenta a la publicación en la Gaceta de Gobierno, donde se formalizará la decisión.
Argumentos del “tarifazo”
Durante la Décima Reunión Regional Interinstitucional del Autotransporte de Pasaje y Turismo 2025, López Nava justificó la necesidad del aumento al comparar el costo del transporte mexiquense con otros sistemas del país.
“La última tarifa se publicó a finales de 2019 con base en un estudio de 2017. En el tren suburbano se pagan 25 pesos y está subsidiado. En el Metro, un pasajero paga cinco, pero en realidad el sistema cuesta 30 o 32 pesos; el resto lo cubre el gobierno. Aquí no tenemos ese subsidio”, argumentó.
El delegado insistió en que el alza busca “rescatar financieramente” al sector, al señalar que en el Estado de México solo tres sistemas —el Mexibús, el Teleférico y el Trolebús de Chalco— reciben apoyo estatal.
¿Habrá renovación de unidades?
López Nava reconoció que un aumento de tarifa no garantiza por sí mismo una mejora en el servicio. “Esto solo garantiza el rescate financiero. Habrá compromisos sobre la mesa, pero también derechos y obligaciones”, apuntó.
Según el representante de la Canapat, el Estado debe ofrecer condiciones adecuadas de trabajo, frenar la competencia desleal y generar incentivos para que el transporte público crezca y se modernice. Sin embargo, admitió que el incremento propuesto a 16 pesos “no alcanza” y que los estudios incluso “justifican” tarifas de 20 a 24 pesos.
Ciudadanía a la espera
Mientras los transportistas apelan a un “rescate” del sector, los usuarios enfrentan un escenario donde los argumentos empresariales contrastan con la realidad: un servicio caro, inseguro y deficiente.
La resolución final se conocerá en los próximos días. Hasta entonces, miles de familias, estudiantes y trabajadores deberán esperar para saber si el costo de su traslado diario volverá a subir, sin que existan garantías de que la calidad del transporte mejore.
Síguenos