El 15 de septiembre pasado, un día antes de dejar el cargo de gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila hizo el último gran derroche de su administración. En la verbena que se organizó para conmemorar el 207 aniversario del grito de Independencia dilapidó 16.9 millones de pesos, sin contar el pago a los artistas que amenizaron el evento en la Plaza de los Mártires.
De acuerdo con facturas en poder del portal La Silla Rota, por las viandas y bebidas con las que se agasajaron en el convite privado se pagaron un millón 727 mil 472 pesos y 15 millones 239 mil 990 pesos más por la decoración, audio, video e iluminación con que se engalanó el festejo.
De acuerdo con los documentos, los jolgorios patrios comenzaron desde el 13 de septiembre, cuando Eruviel festejó con elementos del ejército el aniversario de Independencia. Para ese evento, la administración mexiquense contrató un servicio de cena para 900 personas en la 37 zona militar de Zumpango, por el que se pagaron 657 mil 720 pesos.
Los asistentes disfrutaron de espagueti en salsa poblana, crepas de flor de calabaza con salsa roja, sopa de champiñones, elote perfumado con epazote y crema de cilantro, además de refresco de diferentes sabores, agua de horchata, jamaica y café de olla.
El convite continuó la noche del 15 de septiembre en Palacio de Gobierno, donde se organizaron dos cenas; una para mil personas en el patio central y la “VIP”, para 350 personas en los salones de Palacio.
De acuerdo con las facturas, en el patio central se instaló una “barra de taquizas miniatura”, con guisados como mole verde y rojo con pollo, chicharrón en salsa verde, cerdo en pasilla, tinga de pollo, picadillo de res, carne al pastor, arroz y frijoles.
También se degustaron bocadillos mexicanos en miniatura, además de instalarse una barra de postres con algodones de azúcar, manzanas enchiladas y acarameladas, buñuelos, arroz con leche y un extenso surtido de postres.
Los invitados bebieron atole con champurrado y fresa, agua de horchata, jamaica y limón con chía, café de ola y refresco.
Mientras, en los salones se requirió de un refinado banquete que incluyó, entre otros platillos, cazuelitas de atún y guacamole, taquitos de camarón y pipián, tostadas de cangrejo, chilitos en nogada con granada, taquitos de pescado crujientes estilo Ensenada y taquitos de pato al pastor acompañados de salsa molcajeteada; mientras que de beber se les ofreció agua de limón con chía, naranja con maracuyá y sandía con romero, viandas que le costaron a los contribuyentes mexiquenses 894 mil 260 pesos.
Para la resaca, la mañana del 16 de septiembre Eruviel ofreció un desayuno para los 350 invitados al desfile cívico-militar. En los salones se ofreció desde fruta picada hasta barbacoa de borrego; además de jugo de naranja, toronja y manzana, yogur natural y de fresa, chilaquiles verdes y rojos, huevo a la mexicana, pancita de res, alambre de res, frijoles refritos, café, agua, refrescos, pan y galletas. Viandas por las que se pagaron 175 mil 392 pesos.
Mientras el jet set de la política mexiquense se agasajó con esas viandas, en la entidad más de un millón de personas no tienen ni para comer.