A pesar de que Villa de Allende carece de todo, el alcalde tiene un salario de 109 mil pesos mensuales

A pesar de que Villa de Allende carece de todo, el alcalde tiene un salario de 109 mil pesos mensuales
No solo es eso, con los recursos del pueblo se paga un séquito personal

De acuerdo con el más reciente informe -febrero 2023- del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en la lista de los 249 municipios mexicanos con el peor nivel de vida, hay 2 mexiquenses: Villa de Allende y Donato Guerra; uno gobernado por el perredista Arturo Piña y el otro por la priista Carmen Albarrán. Miles de familias, mayoritariamente mazahuas, sobreviven en esos territorios del Valle del Quencio, apenas a unos de 70 kilómetros al poniente de la ciudad de Toluca, en condiciones miserables, carentes de todo, con dificultades hasta para alimentarse. Justamente allí es donde se registran los Índices de Desarrollo Humano más bajos de todo el Estado de México.

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Arturo Piña intentó hace poco, sin éxito, que su partido, el PRD, lo hiciera candidato a gobernador. Su historia ejemplifica muy bien a buena parte de la clase política mexiquense. Hace unos años gobernó a Donato Guerra y, actualmente, lo hace en Villa de Allende, los dos lugares donde peor se vive. No es una casualidad, habla muy bien de sus habilidades y resultados en la administración pública; un verdadero fracasado.

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A pesar de que la mayoría indígena de Villa de Allende carece de todo, el alcalde tiene el cinismo de agenciarse un salario de 109 mil pesos mensuales. No solo es eso, con los recursos del pueblo se paga un séquito personal integrado por un secretario particular -$22,000-, un coordinador de agenda -$22,000-, una secretaria -$12,500-, un chofer -$24,900-, un auxiliar administrativo B -$12, 900-, un auxiliar administrativo D -$9,000-, un asesor jurídico -$29,000- y un coordinador -$18,900-. Así se las gasta ese alcalde dizque de izquierda.

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La priista presidenta municipal de Donato está igual o peor. Ella oculta cómo gasta los recursos públicos, se resiste a cumplir con la ley de transparencia. Una joven de 29 años con más mañas que el más mesozoico de los dinosaurios priistas. En el colmo de su desvergüenza financia con recursos públicos el desplante egocentrista de aparecer en portadas de revistas y periódicos como personaje de farándula. Pobres municipios, en manos de quién cayeron.

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Para cancelar su asistencia al Conversario AD de hoy -la que había confirmado- el presidente del Tribunal de Justicia Administrativa, Gerardo Becker, se reportó con conjuntivitis y una incapacidad médica de 10 días de reposo porque su padecimiento era “muy contagioso”. Lo curioso es que después de contar su historia, se le vio muy sano comiendo en el restaurante Ciro´s. Quizá piense que lo mentiroso se pega.